Los trabajadores en España tienen la posibilidad de solicitar el reconocimiento de una pensión de incapacidad permanente, en caso de que vean afectada su capacidad laboral a causa de una lesión o enfermedad. Inicialmente, la solicitud siempre se debe realizar por la vía administrativa (Instituto Nacional de la Seguridad Social).
En caso de que la Seguridad Social deniegue la incapacidad permanente, el trabajador dispone de una segunda vía para luchar por el reconocimiento de una pensión de este tipo. Se trata de la vía judicial.
Tipos de recursos contra una sentencia desfavorable
Antes de iniciar un proceso judicial contra el INSS para solicitar una incapacidad permanente, es importante que un abogado especialista en la materia analice detenidamente el caso del trabajador. Es decir, se deben estudiar las probabilidades de éxito.
Un proceso judicial contra el Instituto Nacional de la Seguridad Social puede resultar complejo, costoso económicamente y duradero en el tiempo. Por tanto, es imprescindible tener las cosas claras antes de demandar al INSS.
En ocasiones, un trabajador puede recibir una sentencia desfavorable en relación a su solicitud de incapacidad permanente, lo que puede constituir un duro golpe. No obstante, en la mayoría de ocasiones, es posible recurrir dicha sentencia.
Concretamente, estos son los dos tipos de recursos que se pueden presentar en España frente a una sentencia desfavorable de incapacidad permanente:
- Recurso de suplicación: Este recurso se debe presentar ante el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Autónoma en la que se dictó la sentencia.
- Recurso de casación: Se presenta ante el Tribunal Supremo. Consiste en un recurso de carácter extraordinario.
Igualmente, antes de recurrir una sentencia desfavorable, es importante conocer los motivos que han provocado la denegación de la incapacidad permanente y si es recomendable presentar el correspondiente recurso.
Cuándo recurrir una sentencia de incapacidad permanente
Para recurrir una sentencia desfavorable de incapacidad permanente, es necesario analizar cada caso de manera particular. En este sentido, los profesionales de ‘Fidelitis’ destacan algunos de los casos más habituales en los que es recomendable recurrir:
- Cuando la sentencia está basada en pruebas incompletas o erróneas.
- Cuando la sentencia no se ajusta fielmente a la ley. Es decir, no se ha aplicado la legislación de manera correcta.
- Cuando la cuantía de la pensión es inferior a lo que se considera justa.
Los ciudadanos no solamente recurren una sentencia en caso de denegación de la solicitud de incapacidad permanente, sino que también se puede recurrir en caso de obtener una incapacidad permanente en condiciones consideradas ‘injustas’.
En cualquier caso, las posibilidades de éxito al presentar un recurso de incapacidad permanente dependen de varios factores. Por ejemplo, hay que tener en cuenta la solidez de los argumentos jurídicos, calidad de las pruebas aportadas y la jurisprudencia aplicable.
Generalmente, los recursos de suplicación suelen tener un mayor porcentaje de éxito en comparación con los recursos de casación. Sin embargo, en ningún caso existen garantías de éxito al 100%.
Como conclusión, los expertos de ‘Fidelitis’ advierten que es importante prestar atención a una serie de aspectos antes de presentar un recurso ante una sentencia desfavorable de incapacidad permanente. En este sentido, hay que tener en consideración los posibles costes derivados de la presentación del recurso, el tiempo que puede alargarse el proceso judicial o el impacto emocional que puede generar el proceso en el trabajador afectado.