En la mayoría de situaciones, cuando una persona decide jubilarse es para no volver a trabajar nunca más y recibir la correspondiente pensión de jubilación. Sin embargo, en España existen casos en los que una persona puede percibir una prestación de jubilación contributiva y una renta por trabajo.
Por norma general, cobrar una pensión de jubilación resulta incompatible con la realización de trabajo por cuenta ajena o propia en la que se percibe una renta. Del mismo modo, también es incompatible con el desempeño de actividades para la administración pública.
Sin embargo, el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migración del Gobierno de España recoge una serie de excepciones en las que si es compatible realizar ciertos trabajos con la percepción de la pensión de jubilación:
1. Realizar trabajos a tiempo parcial en función a los términos determinados para la modalidad de jubilación flexible. En estos casos, la cuantía de la pensión de jubilación se verá reducida en proporción inversa a la reducción aplicable de la jornada laboral.
2. Trabajos por cuenta propia, cuyos ingresos anuales totales no superen el salario mínimo interprofesional.
3. Cualquier trabajo por cuenta ajena o propia del pensionista, en los casos en los que haya accedido a la pensión a la edad reglamentaria (sin bonificaciones o anticipaciones de la edad) y el porcentaje aplicable a la respectiva base reguladora a efectos de determinar la cuantía de la pensión alcance el 100%. Como norma general, la cuantía de la pensión será equivalente al 50% del importe de la pensión.
En cualquier de estos casos, la persona beneficiaria de una pensión deberá comunicar a la entidad gestora de la misma el inicio de una actividad laboral o trabajo.
Jubilación flexible
Anteriormente hemos mencionado la modalidad de jubilación flexible. Ésta se corresponde con la posibilidad que tiene el usuario de compatibilizar su pensión de jubilación con un contrato de trabajo a tiempo parcial. Así, la cuantía de dicha prestación se reduce proporcionalmente a la jornada laboral que realiza el pensionista.

Hay que tener en cuenta la diferencia entre la jubilación flexible y parcial. Por un lado, en la jubilación parcial el trabajador pasa de tener un contrato a jornada completa a una jornada a tiempo parcial. Así, accede a una parte de la pensión de jubilación en función a la jornada laboral que ha decidido reducida. Es decir, se parte de la situación activa y se pasa en parte a la pasiva.
Sin embargo, en la jubilación flexible las persona ya se encuentra en una situación pasiva (ya es pensionista). Si bien, también vuelve en parte a una situación activa al retomar una actividad laboral. Ésta sería la principal diferencia entre ambas modalidades de jubilación.
Es necesario aclarar que la jubilación parcial permite al trabajador reducir su jornada laboral entre el 25% y el 50%. Para ello debe existir un acuerdo común entre la empresa y el usuario, que pasará a recibir la pensión de jubilación en cuantía proporcional inversa.
Además, si el trabajador no tiene la edad reglamentaria para acceder a la jubilación, la empresa deberá concertar un contrato de relevo con otro trabajador.
Característica de la pensión de jubilación flexible
Uno de los requisitos claves para acceder a la pensión de jubilación flexible en España es que la persona pensionista inicie un trabajo con un contrato de tipo parcial y con una reducción de jornada de entre el 25 y 50%; en comparación a un trabajador a tiempo completo.
En la pensión de jubilación flexible, la persona beneficiaria puede realizar varios trabajos de forma simultánea. Eso sí, el total de la jornada laboral no puede superar el 50%. En estos casos estaría incumpliendo la ley.
Además, para contabilizar con la pensión de jubilación flexible no pueden tratarse de trabajos en el sector público o actividades realizar por cuenta propia.
Así, otro aspecto característico de estas modalidad de jubilación es que en el periodo que dure el contrato parcial, la persona cotizará en relación a las mismas reglas que para cualquier otro trabajador.