Carmen Giménez, su lesión medular y una mirada con optimismo: «La vida es un regalo»

La atleta de 41 años habla sobre el accidente que le cambió la vida hace 11 años, con el que sufrió una lesión medular: "Andar es solo un verbo"

Un ejemplo de superación. Esa es la vida de Carmen Giménez, que a sus 41 años valora ahora más que nunca lo que es vivir. Su vida cambió por completo cuando hace 11 años, la que era su pareja le tiró desde un tercer piso y sufrió una lesión medular. Pero gracias a su actitud y su manera de ver la vida, ahora «es mucho mejor que antes».

Su historia da para escribir un libro, que seguro que sería un best-seller de superación y motivación. Carmen ha tenido que afrontar terribles situaciones en su vida y siempre las he resuelto con positivismo y alegría.

Y es que al accidente de violencia de género que sufrió hace 11 años y le provocó una lesión medular y una discapacidad física, hay que sumarle la perdida prematura de su hijo Bruno. El pequeño falleció en un parto prematuro por una negligencia médica, en la que fueron imputados tres médicos, aunque eso no es comparable con el dolor de que su hijo no pudiera «disfrutar de la vida».

Otro palo que la vida daba a Carmen, pero ella asegura que «el dolor pasa y el aprendizaje con el que te quedas te ayuda para el resto de tu vida. Yo tengo que vivir mi vida y la de mi hijo».

Además, señala que la vida es «vivir situaciones y experiencias excepcionales. Eso nos provoca actuar de una manera o de otra. Y yo en ese sentido apuesto por verla desde la parte positiva».

Apoyar y ayudar a las víctimas de la violencia de género

Carmen Giménez es muy clara a la hora de hablar sobre la violencia de género. Lanza un mensaje de «ayuda» a favor de las víctimas y salir del tópico de exigir y juzgar cuando «estamos hablando de una persona que está sufriendo».

Y es que, como señala, es muy fácil decir desde afuera «porque no has salido, porque no has hecho esto, porque no has hecho lo otro o porque no te has ido». La realidad es que muchas mujeres no pueden salir de esa situación y por ello, «no hay que exigirlas, hay que ayudarlas».

Esas palabras, en boca de una mujer que cayó desde un tercer piso víctima de violencia de género, invitan a la reflexión.

Carmen Giménez atleta con discapacidad silla

«Muchas mujeres, por diferentes motivos, ya sea por miedo o por repercusión social, no se atreven a dar ese paso», afirma Carmen Giménez. Un ejemplo claro es el de Rocio Carrasco, cuyo documental estrenado recientemente en televisión, ha provocado que aumente el número de denuncias y llamadas al 016, teléfono nacional de atención a la violencia de género.

«Una mujer que denuncia 20 años después lo que ha pasado y sufrido ante las cámaras es digno de elogiar. Y si eso ayuda a seguir avanzando en esta materia, bienvenido sea», dice la entrevistada.

El deporte como vía de escape para Carmen Giménez

Actualmente es campeona de España en 100, 200 y 800 metros lisos en silla de ruedas de atletismo. Casi nada. Eso sí, pone la crítica en la dificultades con las que se encuentra en cuanto a ayudas económicas el atletismo adaptado. Y es que los elevados precios de los materiales y la falta de espacios adaptados hacen que sea muy difícil su profesionalización.

«¿Soñar con unos Juegos Paralímpicos? En España es casi imposible, no se apuesta por el atletismo adaptado. Una bici de estas sale a 5.000 euros y no tienes ni la posibilidad de probarla. La compras y si te gusta bien, y si no, te aguantas», nos asegura Carmen Giménez.

Eso hace que el deporte adaptado tenga una barrera económica muy grande, «convirtiéndose en un lujo y eso no se puede aceptar. El deporte debe ser algo accesible para todos y más para las personas con movilidad reducida».

De hecho, nos confirma que «solo dos atletas con discapacidad física representaran a España en los Juegos Paralímpicos de Tokyo 2020 y ninguna va en silla de ruedas de atletismo. Otros países cuentan con un equipo completo».

Carmen asegura que dedica mínimo unas dos horas al día para entrenar de lunes a domingo. Además, indica que el deporte le sirvió como vía de escape tras sufrir la lesión medular.

Para ella el motivo de poder ir a entrenar es ya una alegría y lo valora muchísimo. También señala que entrenar cada día junto a otros atletas sin discapacidad le sirve para aprender de ellos, y viceversa.

El proyecto ‘Run For You’

Junto a su entrenador y otro compañero, Carmen Giménez ha creado el club de atletismo ‘Run For You’. Esta propuesta nace para apoyar a las personas a correr y es que «todo el mundo corre por un motivo. Como poco corres por ti mismo, pero hay mucha gente que la hace por otras personas que no pueden o por otros motivos».

También se le da cabida en este club a las personas con movilidad reducida que no corren porque no tienen información o carecen de recursos. Y es que en la diversidad se encuentra la clave de ‘Run For You’.

«Aquí existe un entorno de inclusión donde no solo corren personas con discapacidad. Corremos todos juntos, ya sea de pie, sentada, con prótesis…Todo ello en busca del bienestar emocional para disfrutar y relacionarse con otros compañeros», asegura la atleta.

«Andar es solo un verbo»

Los primeros momentos en el hospital tras sufrir la lesión medular fueron muy duros, como ella misma asegura. “Piensas que la vida se acabó para ti, pero ni mucho menos es así”.

Ella no conocía a ninguna persona con lesión medular y eso quizás fue un impedimento a la hora de afrontar su discapacidad. Si ahora algún familiar suyo tuviera una lesión medular, el ejemplo de superación de Carmen Giménez le serviría para saber que hay vida después de la lesión.

“Antes no valoraba la vida”, es a la conclusión a la que llega la atleta. Y es que ahora da gracias a repetir cada día la secuencia de llevar a sus hijas al colegio, ir a entrenar o quedar con amigos para comer. “La vida es mucho mejor que antes”.

“Yo me he casado, me he divorciado, he tenido hijos…” señala Carmen, que además ha sido campeona de España en varias ocasiones. Como ella misma sentencia, la vida no termina con una lesión medular, sino que la vida sigue y vivir es un regalo.

En cuanto a la adaptación de su lesión medular a la vida real, señala que todo se rige por un hábito. “El primer día que me vestí sola me costó mucho. Pero cuando lo haces 100 veces, ya no te cuesta. Igual con ducharte o subir la silla al coche. La gente me ve y se ofrece a ayudarme, pero cuando me ven que la subo en 1 minuto se quedan con la boca abierta”.

Por todo ello, llega a la conclusión de que «andar es solo un verbo. No puedes andar, pero puedes vivir, sentir, disfrutar, amar…. Por todo ello, la vida es un regalo y hay que disfrutarla».

Como mensaje de despedida, Carmen Giménez lanza un recordatorio para todas las personas, en especial a aquellas que acaban de sufrir una lesión medular y lo ven todo negro, para los que recuerda que el sol siempre vuelve a salir: «La vida es un regalo».

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