Los salarios en España van a sufrir una importante modificación. Y es que cada vez está más cerca el fin del denominado ‘secretismo laboral‘ de las empresas. Una nueva normativa de la Comisión Europea obligará a todas las compañías a hacer públicos los rangos salariales de sus empleados. Esta medida, aprobada por el Parlamento, busca reducir la desigualdad salarial, combatiendo especialmente la brecha de género y asegurando que no haya discriminación retributiva.
Esta nueva legislación insta a las empresas a ser transparentes con los sueldos por rangos, permitiendo a los empleados acceder a esta información de manera clara y directa. De hecho, los trabajadores podrán conocer qué banda salarial tienen sus compañeros, eliminando esta barrera y tratando de suprimir las excesivas diferencias económicas en este sentido. Es el fin de lo que en Europa tildan como «secretismo laboral«.
¿Cómo funciona esta ley?
La fecha prevista para la entrada en vigor de esta normativa está fijada para el día 7 de julio de 2026. A partir de ese instante, todas las compañías en Europa estarán obligadas a mostrar los salarios de sus empleados, organizados por tramos. Esta nueva realidad permitirá a cualquier trabajador saber cuánto ganan sus compañeros.
Así mismo, la Comisión Europea considera que esta medida es crucial para enfrentar uno de los grandes problemas del entorno laboral: la persistente brecha salarial de género. A través de esta medida, se espera lograr una mayor equidad en el pago de hombres y mujeres por el mismo trabajo, que es uno de los grandes retos de la actualidad, según ha aclarado la Unión Europea.
No obstante, la normativa no se centrará únicamente en la equidad de género. La ley también pretende eliminar cualquier tipo de discriminación salarial injustificada. Por tanto, tal y como anuncia la Comisión Europea, al hacer los salarios más transparentes, los empleados podrán comparar mejor su remuneración y detectar posibles desigualdades o abusos.
Repercusión en empresas y trabajadores
Las empresas ya conocen que dispondrán hasta el 7 de julio de 2026 para adaptarse a la nueva normativa. Si no lo hacen, se podrán enfrentar a sanciones, ya que la transparencia salarial pasará a ser una obligación legal y un derecho laboral de los trabajadores. En este sentido, para muchas compañías, esta nueva realidad supondrá un cambio importante en la forma en que gestionan las diferencias salariales, ya que deberán justificar de manera más clara las diferencias en los sueldos de sus empleados.
En cuanto a los trabajadores, esta normativa abrirá nuevas posibilidades. Al saber cuánto ganan sus compañeros, podrán negociar con más información y exigir sueldos más justos. Sin embargo, también advierten que esta transparencia podría generar tensiones internas, especialmente si se revelan grandes abismos salariales. La competencia entre empleados podría intensificarse, y aquellos que negociaron sueldos más altos podrían verse perjudicados al perder la privacidad en sus acuerdos salariales.
Finalmente, a día de hoy, lo único que es evidente es que esta normativa promete marcar un antes y un después en el panorama laboral europeo. A partir de 2026, el salario de los empleados dejará de ser un tema tabú y se convertirá en información accesible para todos, transformando la manera en que entendemos y discutimos la retribución laboral.