Como cada año, en España se producirán cambios de hora para pasar al horario de invierno a verano y otra para pasar del de verano al de invierno. Y 2025 no iba a ser menos. Se trata, entonces, de dos momentos en los relojes que consisten en adelantar o atrasar una hora, que tienen lugar una vez en el mes de marzo y otra en octubre. De este modo, los días se harán más largos en temporada estival, mientras que la noche tapará el sol a media tarde en los días de invierno. De hecho, el cambio de hora en España se produce dos veces al año con el fin de aprovechar más la luz solar y de esta manera ahorrar energía.
Para este año, concretamente, en el mes de marzo de 2025 se va a cambiar al horario de verano. Tal y como se recoge en un artículo publicado por el Instituto Geográfico Nacional (IGN), se entiende por «periodo de hora de verano» la etapa del año durante el cual se adelanta la hora en sesenta minutos con respecto a la hora del resto del año, aunque realmente se trata de un periodo de primavera-verano. Esta modificación, horaria, incluso, se recoge en el Boletín Oficial del Estado, que ya augura que el año 2026 será la última fecha en España en la que se produzca el cambio de hora.
Cambio de hora de verano en 2025
El horario de verano comenzará, como cada año, el último domingo del mes de marzo, por lo que habrá que adelantar el reloj en una hora durante la madrugada que va del sábado 29 de marzo al domingo 30 de marzo de 2025. Este cambio de hora de verano se realiza a las 02.00 horas (horario oficial peninsular), cuando se deberá adelantar el reloj a las 03.00 horas, por lo que ese día tendrá 23 horas de duración, una hora menos.
La hora se cambia dos veces al año con el objetivo de ajustar las horas de luz solar a la jornada laboral general para, de este modo, ahorrar energía y gastar menos luz en el ámbito público. Sin embargo, en los últimos años, más países europeos se han unido al cambio horario, pero no por el ahorro energético, sino por la necesidad de sincronizar los horarios con países vecinos, tal y como se comenta en un artículo publicado en el Anuario del Observatorio Astronómico de Madrid para el año 2013.
Del mismo modo, estos dos cambios horarios vienen reflejados en la Directiva 2000/84/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 19 de enero de 2001, donde se establece que el período de la hora de verano terminará en todos los Estados miembros a la 1 de la madrugada, hora universal, del último domingo de octubre.
Los días más largos
‘Día de Santa Lucía, mengua la noche y crece el día’, como cita el clásico refrán español. De esta forma, las jornadas diarias comienzan a ampliar su duración cuando empieza el invierno, aunque la salida y la puesta del Sol varían en función del lugar en el que nos encontremos, incluso, dentro del mismo país. Este cambio tiene su explicación en el solsticio de invierno, que corresponde al momento en que la Tierra pasa por el punto de su órbita desde el donde el Sol presenta su máxima declinación sur. Este se produce entre el 21 y el 22 de diciembre en el hemisferio norte. Como resultado, ese es el día con menos horas de Sol del año.
Por tanto, durante varios días, la altura máxima del Sol al mediodía parece no cambiar, y debido a ello, al comienzo del invierno también se le llama solsticio de invierno, como indica el Anuario del Observatorio Astronómico de Madrid. Después de este momento, los días comienzan poco a poco a aumentar en duración, hasta el solsticio de verano, por lo que la luz solar retrasa su retirada hasta la la aparición de la noche cerrada.