Es difícil acertar a la hora de elegir un destino donde podamos estar cómodos y no temer por las diferentes barreras que nos podamos encontrar. Brandenburgo no es que sea una zona accesible, sino que ha pensando estratégicamente en las personas con necesidad de accesibilidad, de tal modo que podemos encontrar recursos jamás visto en otras zonas de Europa.
Nuestro Fam Trip con los amigos de Equalitas Vitae y Nuria de Sixsense, se basaba en experimentar la accesibilidad, ofertas de ocio y culturales que ofrece las poblaciones de la región de Rheinsberg.
Llegamos al aeropuerto de Berlín, donde nos esperaba Carlos, un colombiano a punto de jubilarse y que nos acompañó como traductor durante toda nuestra estancia. Allí permanecía dos furgonetas de transporte adaptadas para trasladarnos al hotel donde íbamos a pasar las dos primeras noches. Esas furgonetas, por cierto, muy cómodas y de propiedad del hotel para sus clientes, nos ofrecía la posibilidad de sentarnos en los propios asientos, ya que el lado derecho quedaba libre para las sillas y nos permitía la transferencia al sillón. Que por mi seguridad y comodidad, así hice.
Tras una hora de camino hasta los Lagos de Ruppiner, asombrado por las vistas y grandes bosques, llegamos al Hotel Rheinsberg. Durante la trayectoria, hicimos una parada en un centro de investigación e información de cigüeñas, donde pudimos conocer aspectos interesantes sobre esta especie de ave migrante.
Nada más llegar me di cuenta de que nos íbamos a encontrar con un hotel único, ya que en los jardines paseaban muchas personas en silla de ruedas o con productos de apoyo. Y efectivamente, nos encontrábamos en un hotel totalmente adaptado, muy pensado en movilidad reducida. Cuando digo totalmente adaptado, hablo de TODAS (más de 100) las habitaciones adaptadas y con diferentes configuraciones para que cualquier persona con diferentes habilidades o necesidades, pudiera tenerlas cubiertas.
La habitación está pensada para que cualquier persona pueda utilizarla de manera autónoma e independiente. Desde la apertura de la puerta de forma automática, hasta la cama articulada. Los mecanimos eléctricos como persianas y luces, estaban domotizados. El baño, según que habitación, tiene el espacio de ducha a cota 0 y bañera. Me quede impresionado en el detalle de la bañera para personas dependientes, ya que éste es bastante elevado, siendo poco práctico para cualquier persona, pero muy útil para que el cuidador no tenga que esforzarse tanto a la hora de asistir en el lavado. También disponía de un perchero accesible y el mobiliario adaptado.
El hotel dispone de un gran catálogo de productos de apoyo como grúas, asientos, sillas de baño, etc.
La primera cena, que esto si tenemos que contarlo, vimos como nos ubicaban en una zona «preferente» o alejada del comedor, ya que Nuria, de Sixsense, es ciega e iba con Oldo, su perro guía y por temas de normativas dentro del hotel e higiene por tener parte de la cocina en el comedor, no podía estar con Oldo.
Lo aceptamos, porque sinceramente, estábamos incluso más cómodo y el lugar era más acogedor, pero si es cierto que nos sorprendió. A todo esto, se come muy bien en el hotel.
Segundo día y ¡listo para navegar!
Después del primer desayuno con quesos de la zona (soy muy quesero) y unas preciosas vistas junto al lago, nos lanzamos a disfrutar nuestra primera experiencia en Rheinsberg, paseo en un barco turístico por los lagos de Ruppiner.
Os había contado anteriormente que estábamos en un hotel totalmente adaptado y que la mayoría de sus huéspedes, eran personas con discapacidad. Esto, y con una gran visión en cuanto a oportunidad de negocio, lo puso en marcha el propietario del barco en el que nos montamos, ya que es el único barco de la zona que tiene un baño totalmente accesible y un elevador para subir a la parte descubierta del barco, para así poder disfrutar de sus vistas. Decir que Nuria nos lo recomendó para que disfrutáramos también del ambiente y de su otra forma de «ver».
El viaje dura aproximadamente 2 horas y atraviesa varios lagos. Durante el recorrido pudimos ver diferentes pueblecitos y zonas recreativas en las orillas de los diferentes lagos. Decir que la zona tiene aproximadamente unos 150 lagos. Disfrutamos a lo grande del paseo, porque era la primera que vez que lo hacíamos los silleros en una ubicación privilegiada.
Tras la navegación, nos desplazamos a un restaurante junto al embarcadero para comer. Aunque no disponía de aseo accesible, pudimos disfrutar de un buen almuerzo con platos tradicionales de la zona.
En el lugar que estábamos, se encontraba el Castillo de Rheinsberg, que fue habitado por el Rey Federico II. Un precioso Castillo en un lugar mágico que te trasladaba a la época. Un Palacio, que así también lo identifican, que también usó su hermano Enrique durante gran parte de su vida y que sirvió para establecer grandes acuerdos a beneficio de la ciudad. Todo el Palacio era totalmente accesible para las personas con movilidad reducida. La gran parte a cota 0 y para acceder a las diferentes plantas disponía de un ascensor (para que luego digan que no se puede tocar el patrimonio..). Os dejamos algunas imágenes para que podáis ver todo aquello que nos maravilló.
Después de hacernos muchas fotos durante la visita y junto al lago, nos dirigimos a otro restaurante de la zona para seguir probando platos de Rheinsberg. No tengo problemas con la comida, por tanto me gusta probar platos nuevos y así disfrutar al máximo del lugar que visito.
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