Las personas que padecen algún tipo de discapacidad, si algo tienen en común, es que se caracterizan por ser capaces de todo lo que se propongan; especialmente, de afrontar la vida con una valentía y coraje difícilmente alcanzable por un individuo que no haya sufrido ninguna de estas anomalías. Es una forma de lograr su inclusión en la igualdad de derechos y condiciones con el resto de ciudadanos, aunque, en esta materia, el conjunto de la sociedad en general ha de trabajar más y mejor en el concepto de accesibilidad, y otorgar a este colectivo todas las ayudas y facilidades que estén al alcance para evitar situaciones de vulnerabilidad.
Por ello, de acuerdo con los órganos e instituciones que rigen esta materia, estas personas cuentan con una serie de beneficios fiscales, prestaciones, deducciones o ayudas relacionadas con el empleo, que persiguen la inclusión de este colectivo en la sociedad. Se destaca, así, las exenciones y deducciones del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). No obstante, el único requisito para percibir estos beneficios fiscales es que la persona demandante tenga una acreditado un 33% o más de grado de discapacidad. De este modo, el objetivo de estas ayudas a las personas con discapacidad es intentar reducir las desigualdades con las que se encuentra este colectivo a la hora de acceder a un empleo, o para ajustar el gasto elevado en productos y cuidados médicos-sanitarios.
IRPF de personas con discapacidad
De acuerdo con la Agencia Estatal de Administración Tributaria, a la hora de hacer la declaración de la renta, es decir, el IRPF, las personas con discapacidad, y en ocasiones su familiares, cuentan con una serie de deducciones o exenciones. El IRPF, por su parte, es un tributo que se paga anualmente en función de los ingresos y las circunstancias de cada persona.
En este sentido, se deduce que las personas con discapacidad están exentas de pagar el IRPF cuando perciben una pensión o prestación por parte de la Administración Pública, siempre y cuando tenga reconocida una Gran Invalidez o Incapacidad Permanente en cualquiera de sus grados, clasificados en parcial, total o absoluta. Ocurre lo mismo cuando la persona ha recibido ayudas, prestaciones o indemnizaciones de instituciones pública o administraciones públicas en otra ocasión y por un motivo cualquiera, siempre que se hayan cumplido los requisitos y condiciones establecidos por cada órgano competente. De esta manera, también está exento de pagar este tributo aquella persona con discapacidad que recibe una prestación por desempleo en modalidad de pago único.
Finalmente, en el apartado de exenciones fiscales, se concluye que tampoco tendrán que pagar el IRPF este colectivo cuando tengan rendimientos del trabajo derivados de las prestaciones obtenidas en forma de renta en planes de pensiones o que procedan de patrimonios protegidos, de acuerdo con la ley vigente.
Deducciones en el IRPF de personas con discapacidad
- Necesita ayuda de terceras personas o tiene movilidad reducida
- Tiene un grado de discapacidad igual o superior al 65 por ciento
Sin embargo, también existen deducciones en las obras para adecuar la vivienda en cuanto a accesibilidad para personas con discapacidad. En este caso, se puede desgravar como máximo 12.080 euros. Siempre y cuando haya que hacer obras para adecuar la vivienda a sus necesidades específicas y, por tanto, exista afectación directa a la familia debido a la compra de material determinado para el hogar y de un vehículo totalmente adaptado a la persona que padece la incapacidad. También se aplicará una deducción por cada descendiente, ascendiente y cónyuge con discapacidad, según la Administración, que fija estas cuantías en una deducción es de hasta 1.200€ anuales en cada caso.