En el complejo mundo de los impuestos, muchos contribuyentes desconocen un beneficio fiscal que podría ahorrarles una cantidad significativa de dinero: la deducción por gastos de difícil justificación para autónomos en estimación directa simplificada.
Según datos de la Agencia Tributaria Española, este incentivo, regulado en el artículo 30 de la Ley del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), permite a los autónomos deducir un 7% de su rendimiento neto, con un máximo de 2.000 euros anuales, pero es frecuentemente pasado por alto. Este beneficio está diseñado para compensar gastos cotidianos que son complicados de documentar, como pequeños consumos o desplazamientos.
Por ejemplo, un autónomo con un rendimiento neto de 25.000 euros podría deducir hasta 1.750 euros, reduciendo su carga fiscal. Sin embargo, la Agencia Tributaria señala que, en 2023, menos del 60% de los autónomos en estimación directa simplificada aprovecharon esta ventaja, dejando millones de euros sin reclamar.
El motivo del olvido de este beneficio fiscal
¿Por qué se olvida? Los expertos apuntan a la falta de información y al desconocimiento de las normativas fiscales. «Muchos autónomos no están al tanto de esta deducción porque no reciben asesoramiento adecuado o no revisan las actualizaciones fiscales», explica María Jesús Montero, ministra de Hacienda, en un comunicado reciente.
Además, la normativa exige que los gastos se declaren correctamente en el modelo 130 o 131, un paso que puede pasar desapercibido. Para aprovechar este beneficio en 2025, los autónomos deben asegurarse de estar inscritos en el régimen de estimación directa simplificada y presentar sus declaraciones trimestrales con precisión. La Agencia Tributaria recomienda consultar con un asesor fiscal o utilizar sus herramientas digitales, como el simulador del IRPF, para maximizar deducciones.