«Nunca dejes que nadie te diga que no puedes hacer algo». Un claro ejemplo de esto es el protagonista de esta historia: Ben. Él tiene síndrome de Down, pero siempre quiso trabajar en un laboratorio.
Tras mucho esfuerzo, Ben trabaja actualmente en el Laboratorio del Servicio Nacional. Entre otras operaciones, él se encarga de realizar gestiones en el ordenador, como registrar muestras o poner etiquetas.
Ben se encarga de todas las entrega que se realizan. «Me gusta la gente con la que trabajo. Trabajo con Shane, Andy y Johnny», asegura. Aunque tiene síndrome de Down, Ben es uno más para sus compañeros.
Ben señala que se levanta «temprano en los días que vengo a trabajar y me llevo todas las entregas de los conductores, firmada por ellos».
«Quiero aprender las cosas y me quiero empujar a mí mismo. Quiero mostrar que puedo hacer las cosas por mi cuenta. Mi trabajo me hace muy feliz y orgulloso», matiza Ben.
Y es que el caso de Ben, no es el único en cuanto a historias reales que promueven la eliminación de etiquetas y estereotipos que rodea a las personas con síndrome de Down.
La historia de Isabel, una diseñadora con síndrome de Down que ha lanzado su propia linea, también está siendo popular.