Uno de cada 100 nacimientos a día de hoy en España presenta TEA o Trastorno del Espectro del Autismo, según datos de la Confederación Autismo España. Cuando un niño nace no se sabe qué trastornos o patologías va a presentar. Y a esto hay que añadirle que cada uno somos diferentes, y nos expresamos de manera distinta. No obstante, existen signos que nos pueden hacer sospechar de que algo pasa.
Esto sucede con un niño que nace con TEA. No suele ser hasta a partir del año o año y medio cuando padres y profesional sanitario suelen ponerse alerta y vigilantes ante unas actitudes por las que el niño pueda, o no, responder a un trastorno de estas características.
A estas edades un niño con autismo no balbucea; no hace gestos como saludar con la mano, señalar para pedir alguna cosa o mostrar objetos; no reconoce su nombre ni tampoco responde cuando se le llama; o por ejemplo no se interesa ni se implica en juegos interactivos sencillos, como el ‘cucú-tras’ o similares, según detalla la Confederación Autismo España.
Uno de cada 100 nacimientos a día de hoy en España presenta TEA o Trastorno del Espectro del Autismo, según datos de la Confederación Autismo España. Cuando un niño nace no se sabe qué trastornos o patologías va a presentar. Y a esto hay que añadirle que cada uno somos diferentes, y nos expresamos de manera distinta. No obstante, existen signos que nos pueden hacer sospechar de que algo pasa.
Esto sucede con un niño que nace con TEA. No suele ser hasta a partir del año o año y medio cuando padres y profesional sanitario suelen ponerse alerta y vigilantes ante unas actitudes por las que el niño pueda, o no, responder a un trastorno de estas características.
A estas edades un niño con autismo no balbucea; no hace gestos como saludar con la mano, señalar para pedir alguna cosa o mostrar objetos; no reconoce su nombre ni tampoco responde cuando se le llama; o por ejemplo no se interesa ni se implica en juegos interactivos sencillos, como el ‘cucú-tras’ o similares, según detalla la Confederación Autismo España.