Ángel: «Ahora soy un delincuente»

Ángel Hernández grabó todo el proceso con su cámara para evidenciar de que fue una muerte asistida, ya que su mujer no podía más con el dolor

Angel y su mujer, eutanasia

LaSexta

La historia de Ángel Hernández y su mujer está dando la vuelta a todo el país, e incluso al resto del mundo. Todos hemos visto en los telediarios la triste historia por la cual ahora se ve con el temor de pasar sus últimos años de vida en la cárcel, como si el haber perdido a su otra mitad no fuese suficiente castigo. Todo ello porque la eutanasia no está aprobada.

La mujer de Ángel no podía aguantar más los dolores que venía acarreando desde hace demasiado tiempo. Por ello, le pidió a su marido que la ayudase a dejar el mundo tal y como lo conocía hasta ahora por medio de una muerte asistida, algo que en España – aunque con mucha polémica- está prohibido. Es lo que se conoce por eutanasia.

Pero el amor no conoce barreras, y Hernández aun sabiendo las consecuencias que esto podía suponerle, decidió darle a su mujer lo que ella quería, aunque esto le suponiese una pena triple: perder al amor de su vida, tener que ser el quien le ayude a quitarse la vida y enfrentarse a una posible pena de prisión. Todo ello porque la eutanasia no está aprobada.

«Ahora soy un delincuente»

Ángel, consciente de que se le acusaría de haber practicado la eutanasia a su mujer, decidió grabar todo el proceso para que quedase constancia de ello y no hubiese ningún tipo de dudas. Además, estas pruebas las ha remitido para que lleguen al juez.

Durante el vídeo, aparece una primera secuencia en la que llama al 061 para informar de que había ayudado a su mujer a quitarse la vida. En esta se puede apreciar su voz rota y llena de dolor.

Ángel Hernández acudió al programa de LaSexta “El Intermedio” para contar su historia ante las cámaras, y cuenta que todo lo ha hecho «por ella» y lamenta que lo haya tenido que hacer él: «No se debería permitir que una persona llegara a esta situación».

Sanitarios y Policía en la casa

El vídeo continúa con los sanitarios llamando al timbre, a los que les explica lo que ha pasado. Estos a su vez le informan de que tienen que «dar parte al juzgado y llamar a la Policía».

Minutos después la Policía llega a su domicilio. El médico describe a los agentes lo ocurrido, y le toman declaración. Estos al conocer los hechos explican a Ángel que va a ser investigado por un delito, algo con lo que él ya contaba, de ahí a que grabase todo el proceso.

La grabación termina con los momentos posteriores a la declaración policial. Ángel se muestra abatido, lleno de dolor e incertidumbre, y sentencia: «Ahora soy un delincuente».

Con su historia comenta al Intermedio que «espero que esto sirva para que el Parlamento aprueben la eutanasia, la tienen que aprobar», pide Hernández. Que también explica cómo su mujer fue la que pidió por Internet el medicamento: «Ella quería constantemente tomárselo».

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