Historias de las que te desgarran el alma. Cada día, cuando el reloj toca las 20:00 horas, miles de Españoles salen a sus balcones, terrazas y ventanas para rendir un merecido homenaje a todos los sanitarios y cuerpos de seguridad del Estado que, durante estas semanas luchan incansablemente por sacar adelante la crisis mundial originada por el coronavirus. A raíz de estas concentraciones se han originado numerosas historias, muchas de ellas con un profundo trasfondo emocional. Una de ellas nos lleva hasta Vigo. Allí, un anciano, cada tarde, deleita a su ‘público’ con un concierto de armónica.
Ataviado con su inseparable armónica, Hermann Schreider, acude cada tarde a su indispensable cita con sus seguidores, o al menos eso cree. Este octogenario alemán tiene alzheimer, al igual que su esposa Teresa, quien a consecuencia de la enfermedad ha olvidado el habla.
La idea no surgió de ninguno de ellos, sino de la persona encargada de su cuidado personal, Tamara Sayar, quien a través de un vídeo ha conseguido viralizar la imagen de Hermann tocando su armónica sorprendido ante el atronador sonido de los aplausos de sus vecinos.
Una vez concluido su pequeño concierto, Hermann devuelve el agradecimiento a sus fans con otro aplauso. Posteriormente cumple exhaustivamente con el protocolo de higiene sanitario, lavándose las manos concienzudamente.