La Generación Z (nacidos entre 1997 y 2012) enfrenta un panorama desolador cuando se trata de pensiones. Con un acceso más tardío al empleo estable, el envejecimiento de la población y la inminente jubilación masiva de los ‘baby boomers’, el sistema de pensiones está al borde del colapso. ¿Qué significa esto para los zoomers? Una cosa está clara: su retiro no se parecerá en nada al de sus abuelos.
Menos trabajadores y más pensionistas
El mercado laboral actual es un campo minado para la Generación Z. Los contratos temporales, los salarios bajos y la precariedad han retrasado su entrada a empleos estables con cotizaciones decentes. Según expertos, muchos no lograrán acumular los años necesarios para una pensión completa antes de que el sistema se tensione aún más. Mientras tanto, el envejecimiento poblacional agrava el problema: para 2050, el 30% de la población tendrá más de 64 años, y la tasa de dependencia demográfica subirá al 53,7%, según el INE. Esto significa menos trabajadores sosteniendo a más jubilados.
Llegan los ‘baby boomers’
Y luego está el elefante en la habitación: los ‘baby boomers’. Esta generación, nacida entre 1958 y 1977, ya empezó a jubilarse, con un récord de 368.000 nuevas pensiones en 2024. Su retiro masivo disparará el gasto en pensiones hasta el 17,3% del PIB en 2050, según la Comisión Europea.
Con menos zoomers cotizando y una pirámide demográfica invertida, el sistema actual podría volverse insostenible. Las reformas, como el Mecanismo de Equidad Intergeneracional, intentan paliar el déficit, pero los jóvenes temen que solo hereden migajas.
¿Cómo serán las pensiones de la Generación Z?
Entonces, ¿qué les queda a la Generación Z? Algunos expertos sugieren que deberán apostar por el ahorro privado o trabajar más allá de los 67 años. Otros creen que la tecnología y la inmigración podrían aliviar la presión, aunque no hay garantías. Lo cierto es que los zoomers no solo enfrentan un futuro laboral incierto, sino también una jubilación que podría ser un lujo inalcanzable. Mientras el reloj demográfico avanza, una pregunta resuena: ¿serán ellos la primera generación sin pensiones dignas?