Para salvaguardar nuestros bienes y patrimonio tras nuestro fallecimiento, resulta fundamental hacer testamento. De esta forma, el ciudadano en España puede repartir su herencia en base a los criterios que crea oportuno.
Es decir, un testamento es un documento oficial que se firma ante notario y en el que se recoge el modo en el que los bienes de una persona se repartirán tras su fallecimiento.
Eso sí, el testamento no es totalmente libre, ya que se deben respetar ciertas disposiciones legales que se establecen en el Código Civil español.
La parte del testamento más libre es el tercio de libre disposición. En esta parte, el testador puede nombrar como heredero a la persona que desee, sin necesidad de que se trate de un heredero forzoso.
La importancia de hacer testamento
Cuando una persona realiza un testamento, la partición de la herencia se lleva a cabo según lo dispuesto por parte del testador; siempre que no exista algún hecho que provoque la invalidez del documento.
Sin embargo, cuando una persona fallece sin haber realizado testamento, es posible que su herencia caiga en un limbo. Es una de las consecuencias más importantes de no suscribir este documento en vida.
Si no hay testamento de por medio, la herencia se repartirá según el orden de herederos forzosos que marca la legislación del Código Civil.
Los primeros herederos forzosos son los hijos y descendientes de la persona fallecida. Seguidamente, en ausencia de los hijos, se encuentran los padres y ascendientes. Si no hay herederos descendientes ni ascendientes, la herencia corresponde al cónyuge.
En ausencia de todos los herederos mencionados anteriormente, la herencia corresponde a hermanos y sobrinos. Por último, se encuentran familiares hasta cuarto grado de consanguinidad.
También puede darse el hecho de que una persona muera sin testamento y no tenga ningún heredero forzoso. En ese caso, la herencia pasa a manos del Estado.
Más gastos asociados a la herencia
Aunque una persona no tenga herederos forzosos según marca la legislación, siempre puede nombrar como herederos en su testamento a amigos o conocidos.
También tiene la oportunidad de realizar un testamento solidario y donar todos sus bienes a una ONG tras su fallecimiento. Son algunas alternativas interesantes antes de que la herencia termine en manos del Estado.
Otra consecuencia importante de no realizar testamento es que puede aumentar el gasto para los herederos en los procesos correspondientes a la partición de la herencia y sucesión.
El hecho de hacer testamento conlleva un gasto mínimo para el ciudadano, entre 40 y 70 euros, según las características del documento. Además, el testamento se puede modificar tantas veces como desee el testador, aunque solamente tendrá validez el último cambio realizado.
Sin embargo, la partición de una herencia sin testamento puede multiplicar los gastos propios del procedimiento. Unos gastos que, en la mayoría de casos, suelen afrontar los correspondientes herederos.
Por tanto, es recomendable hacer testamento en vida para garantizar el futuro de nuestros bienes y patrimonio en función de una serie de criterios. Además, ayuda a facilitar el proceso de duelo y sucesión a nuestros seres queridos. Así lo exponen los notarios expertos en la materia.
Tras el fallecimiento de una persona, para saber si ha realizado testamento o no, los herederos potenciales deben solicitar el Certificado de Defunción y el Certificado de Últimas Voluntades.