Adiós a tirar monedas a la Fontana de Trevi – todo cambia y deberás pasar por caja

Tirar monedas a la Fontana de Trevi no será gratis. El Ayuntamiento de Roma va a cobrar entrada para visitar este monumento emblemático.

Fontana de Trevi Roma

Fontana de Trevi Roma

Lanzar monedas a una fuente para pedir un deseo, es una de las supersticiones más arraigadas del ser humano. Una tradición que llega desde la época antigua, donde se pensaba que los manantiales tenían propiedades mágicas y las monedas eran un símbolo de buena suerte. Es por eso que hasta nuestros días ha llegado la costumbre de tirar monedas a las fuentes más representativas con las que nos encontramos. Y, ¿Cuál es una de las fuentes más famosas de toda Europa?

La Fontana de Trevi. Porque no es lo mismo llevar a cabo este ritual en una fuente cualquiera, que poder cerrar los ojos, ponerse de espaldas a la fuente y lanzar la moneda estando en uno de los monumentos más representativos de Roma. Pues no sabemos si los deseos se cumplen, pero lo que está claro es que estar en un lugar así, ya es un sueño. En cualquier caso, todo apunta a que próximamente, pedir un deseo en este lugar, podría costar dinero.

Adiós a tirar monedas a la Fontana de Trevi gratis

Si vas a Roma, guarda tus monedas porque las vas a necesitar para mucho más que para lanzarlas. Y es que según ha anunciado el concejal de Turismo de Roma, Alessandro Onorato, lanzar una moneda a la Fontana de Trevi costará 2 euros. El objetivo de esta medida es «garantizar una experiencia única a los turistas», y es que según ha manifestado Onorato, son más de 10.000 los visitantes que pasan por esta zona de la ciudad cada día.

Y es que Roma se ha convertido en una de las ciudades más visitadas de Europa. Solo en 2023, fueron 50 millones los turistas que pasaron por la capital italiana. Una cifra que se prevé aumente exponencialmente en 2025, debido al año Jubileo. Es por ello, que los dirigentes de la ciudad ya trabajan en medidas como estas que mejoren, según afirman, la experiencia de los visitantes, pero fundamentalmente que protejan a los grandes emblemas de la ciudad.

En base al hecho de ayudar a mantener un patrimonio tan valioso, el concejal ha afirmado que no se trata solo de que pasen cada día más de 10.000 personas, es que además, muchos de ellos no son conscientes (o no lo demuestran), de la joya histórica que tienen delante. De este modo, Alessandro Onorato ha lamentado que haya personas que no valoren este icono mundial, pues cada día se ven «turistas que se apresuran para hacerse un selfi, otros que comen sin preocuparse de no ensuciar a su alrededor y hay quien, para hacerse viral en las redes sociales con un vídeo, decide lanzarse al agua».

Fuente económica y solidaria

Hablar de la Fontana de Trevi como lugar en el que se lanzan monedas, es quedarse muy en la superficie. La Fontana di Trevi es un monumento barroco situado en los laterales del Palazzo Poli, que fue construido en 1762. Una maravillosa obra escultural, de la que parte de su encanto, es precisamente que sea una fuente, y estén a pie de calle. Y aunque es imposible meterla en un museo, el objetivo sí es que esté más vigilada y cuidada.

De hecho, la idea es que tenga un punto de entrada y otro de salida. De este modo, el número de visitantes que estén visitando este conjunto escultural, estará más controlado, al mismo tiempo que habrá un orden mediante el cual, se evitarán aglomeraciones en la zona. De momento, son muchos los turistas a los que ha gustado la idea, siempre que esto signifique poder disfrutar tranquilamente del lugar.

Otra de las dudas que surgen al respecto es, ¿A qué se va a dedicar el dinero recaudado? Pues por todos es sabido, que las monedas que se recaudan en la Fontana de Trevi cada día, van a parar a Cáritas, que es quien se encarga de gestionar estas ganancias. Cabe señalar, que se estima que cada día se recogen entre 3.000 y 4.000 euros de los fondos de esta fuente. Sin embargo, Onorato ha confirmado que el dinero recaudado, «se dedicará a crear nuevos puestos de trabajo, como azafatos y azafatas para gestionar mejor el flujo de visitantes, y proteger el monumento».

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