Sufrir una enfermedad o lesión cuyas secuelas impidieran al trabajador desarrollar una actividad profesional, es a priori el único requisito necesario para poder solicitar una incapacidad permanente. Y es que la incapacidad permanente da acceso a una pensión cuya finalidad es cubrir las carencias que pueda sufrir el trabajador por no poder desarrollar su actividad profesional habitual.
De hecho, existen diferentes grados de incapacidad permanente, con objeto de adaptar la ayuda ofrecida por la Seguridad Social, lo máximo posible. Es por ello, que siempre que el trabajador sufra una dolencia que le imposibilite de algún modo trabajar, puede solicitar una incapacidad permanente. Pues será la Seguridad Social, la que determine si es merecedor de la misma, y en caso afirmativo, en qué grado, pudiendo catalogarse en uno de estos cuatro grupos:
- Parcial para la profesión habitual: Ocasiona al trabajador una disminución no inferior al 33% en el rendimiento para dicha profesión.
- Total para la profesión habitual: Inhabilita al trabajador para su profesión habitual pero puede dedicarse a otra distinta.
- Absoluta para todo trabajo: Inhabilita al trabajador para toda profesión u oficio.
- Gran invalidez: Cuando el trabajador incapacitado permanente necesita la asistencia de otra persona para los actos más esenciales de la vida.
Lista oficial de enfermedades que dan acceso a una incapacidad permanente
Bien es cierto que existe una lista de enfermedades que dan acceso a una incapacidad permanente. Sin embargo, dicha afirmación debe ser puntualizada. En realidad, son enfermedades que en algún momento han dado acceso a una incapacidad permanente, lo que no significa, que haya otras que también puedan darlo. El listado existente es el siguiente:
- Alzheimer.
- Aneurisma.
- Artritis Reumatoide.
- Artritis Psoriásica.
- Artrosis.
- Cáncer.
- Cardiopatías.
- Colitis ulcerosa.
- Depresión.
- Demencia.
- Desprendimiento de la retina.
- Enfermedades hepáticas.
- Enfermedad de Crohn.
- EPOC.
- Esclerosis Múltiple.
- Espondilitis anquilosante.
- Espondilosis degenerativa.
- Esquizofrenia.
- Estenosis foraminal.
- Fibromialgia.
- Fibrilación auricular.
- Glaucoma.
- Hernia discal.
- Hipertensión pulmonar.
- Ictus.
- Insuficiencia renal crónica.
- Infarto agudo de miocardio.
- Lesión medular.
- Lumbalgia.
- Lupus.
- Migrañas.
- Neuropatía.
- Parkinson.
- Pancreatitis.
- Patologías de pies y manos.
- Síndrome de Ménière.
- Síndrome de Raynaud.
- Síndrome de Sjögren.
- Síndrome de Tourette.
- Síndrome del túnel carpiano.
- Síndrome subacromial.
- Trasplante de riñón.
- Trastorno: Ya sea bipolar, ansiedad o estrés postraumático.
La posibilidad de acceso a esta prestación con otra enfermedad
Que una enfermedad ya hada dado lugar a que un trabajador haya accedido a una pensión por incapacidad permanente, no significa que con otras dolencias, esta posibilidad sea imposible. Así lo ha explicado en un vídeo, el abogado laboralista, Ignacio de la Calzada González, a través de su cuenta de Instagram denominada como @un_tio_legal_. Por tanto, no debes desistir si tu enfermedad no aparece en el listado oficial, porque no tiene que ver tanto con la enfermedad, sino con cómo te afecta.
De este modo, este experto asegura que para pedir una pensión por incapacidad permanente, lo importante no es la enfermedad sufrida, sino cómo nos afecta la misma, y afirma que debe ser «de carácter crónico, permanente e irreversible, y tienes que haber agotado todas las posibilidades de tratamiento para que puedas curarte o estar lo más estabilizado posible». Además, se tienen en cuenta las limitaciones que las secuelas de tu enfermedad puede tener en tu trabajo, y se valora lo que se llama «capacidad residual de trabajo».
Como ejemplo, cuenta el caso de una persona que puede sufrir migrañas con las que puede trabajar sin problema, y otras a las que se les concede una incapacidad permanente porque tiene migrañas cada dos días y le es imposible trabajar. Son casos de una misma enfermedad, pero con efectos sobre la persona muy diferentes. De este modo, concluye de la Calzada, «no es tanto la enfermedad sino cómo te afecte. Por tanto el listado es en base a casos que han existido, pero se tiene que valorar cada caso cómo te afecta a ti».