Los trabajadores con discapacidad de la empresa Integra, subcontrata de Clece, que pertenece también a ACS, han denunciado que sus jornadas laboras van por encima de sus contratos, realizando largas jornadas laborales como asistentes de sala en el Palacio Real.
Algunos empleados han contado a El País, que trabajan un total de 243 horas en un mes, mientras que otros firman su contrato cuando se les entrega el finiquito y son despedidos. La empresa ha explicado que las largas jornadas son consecuencia del horario de verano y luego se compensan con el de invierno, que es dos horas más corto.
Dicho diario verificó que la jornada laboral de los trabajadores se extendía desde las 9:00 horas hasta las 20:00 horas, teniendo a más de 60 trabajadores trabajando en el Palacio Real.
La historia de Susana, cuenta como tras un mes y medio «infernal» en el Palacio Real, la acabaron despidiendo, siendo ahora una de las 16 personas que han destapado este secreto a voces dentro de palacio. Susana, con una discapacidad del 33%, cuenta que «Necesito trabajar, me gusta sentirme útil. Lo único que pedimos es que nos traten con dignidad y que los puestos se adapten a nuestras condiciones».
Susana, debajo de su nombre ficticio por miedo a «acabar en una lista negra», cobró en su primer mes 545 euros casi por 200 horas de trabajo en un mes: «Flipé en colores. Me habían dicho que rondaría los 800».
Alejandra López de Segredo, la encargada en Integra del personal de palacio, ha defendido a su empresa según la información de El País. «A ellos les quedan claras las condiciones cuando se les hace la entrevista de trabajo porque yo me encargo de eso. Y luego, además, se lo he explicado varias veces por mail», defiende.
Por su parte, Marco de 35 años, es otro de los afectados, formando parte del 30% de los trabajadores de la empresa que no tiene ninguna discapacidad y que lleva trabajando en el Palacio Real desde el pasado 15 de julio.
“Hace tres días” le llamaron para que firmara su contrato. “Y cuál fue mi sorpresa que encima me dan a firmar que me han dado un curso de riesgos laborales que obviamente no me han dado, y lo que es peor, me obligaban a poner que había firmado mi contrato en julio. Me rebelé, dije que quería que constara que lo estaba firmando ahora y se negaron, me dijeron que les daba igual si no firmaba. Así que puse ‘No conforme’. Porque, además, pone que estoy haciendo un horario que no se corresponde con la realidad”, cuenta el trabajador.
Las «infernales» jornadas, van desde las 9:00 de la mañana hasta las 20:00, es decir, 11 horas diarias que duran seis meses al año. Durante estos turnos tienen un descanso de 15 minutos por la mañana y otros 15 por la tarde, además de otros 45 para comer. Por su parte, el horario de invierno se reduce hasta las 18:00 horas.
“De esa manera se compensan las horas trabajadas de más en verano, porque en invierno hacen menos. Está todo calculado en una hoja Excel. Además, hay dos días al mes que el palacio cierra, y esos días no se trabaja”, explica López de Segredo. “Si una persona al final hace horas de más, se le pagan. Y si hace menos, pierde la empresa”, justifica.
El trabajo de auxiliar de sala consiste en vigilar que los visitantes no se extralimiten. Una labor que hace a los trabajadores estar de pie durante muchas horas al día. “Si te sientas no puedes estar pendiente de lo que te piden. A las cuatro horas, tenemos los riñones al jerez”, explica Matilde, 45 años, con un problema crónico en la vejiga, razón por la que le dieron la discapacidad.
Matilde tan solo tiene que «ir al baño las veces que haga falta por prescripción médica», es por ello que pidió que tuvieran en cuenta su petición en su puesto laboral, sin embargo, nadie la relevó de su puesto cuando lo necesitó, pese a pedirlo encarecidamente.
«Al final me oriné encima. Me sentí humillada», cuenta Matilde, que tan solo trabajo del 2 al 10 de julio. Tras esto, pidió una baja de un día «para descansar», cuando iba a volver a su puesto, le mandaron un mensaje: «Fui despedida sin explicación. ¿Pueden decir de verdad que no hacía bien mi trabajo?», denuncia la trabajadora.