Uno de los requisitos establecidos para seguir beneficiándose del Ingreso Mínimo Vital, es presentar la declaración de la Renta. De lo contrario, la Seguridad Social se encargaría de retirar esta pensión no contributiva. Pues se trata de una de las premisas existentes para beneficiarse de la ayuda, y debe llevarse a cabo incluyendo a todos los miembros de la unidad familia. Esto significa, según los datos oficiales del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), que las 2.013.439 personas de los 690.214 hogares que reciben esta prestación, deben llevar a cabo este proceso.
No obstante, esta cuestión genera bastantes dudas entre la población. Pues como requisito, la Seguridad Social exige que se presente la declaración de la Renta si eres beneficiario del Ingreso Mínimo Vital. Sin embargo, Hacienda establece están exentas todas aquellas personas que perciban menos de 22.000 euros brutos al año, si este dinero viene de un solo pagador, o de 15.000 euros brutos al año, si los mismos provienen de dos o más pagadores.
La declaración de la Renta es obligatoria para no perder el Ingreso Mínimo Vital
Ante las dudas generadas, la Agencia Tributaria ha hecho una aclaración para los beneficiarios del Ingreso Mínimo Vital (IMV). Y es que, a pesar de tener que presentar la declaración de la Renta, esta prestación no contributiva está exenta, es decir, no hay que pagar impuestos por recibirla. Por tanto, a pesar de llevar a cabo este trámite, los beneficiarios no tendrán que pagar nada a Hacienda, pues lo habitual, es que de cero como resultado.
Sin embargo, hay otra duda bastante recurrente. Pues, ¿Qué ocurre si los beneficiarios del IMV lo son también de otras ayudas destinadas a los sectores más pobres de la población? Estas pueden ser rentas garantizadas, las rentas mínimas de inserción, etc. En estos casos, se deben declarar como rendimientos de trabajo solo en los casos en los que los importes superen los 12.600 euros. Esto significa, que debe justificarse la cuantía que supere al 1,5 veces el Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples (IPREM).
Cabe recordar, que tanto el Ingreso Mínimo Vital (IMV), como el resto de las prestaciones económicas destinadas a personas en riesgo de exclusión social, tienen como objetivo a evitar el riesgo de pobreza de los ciudadanos que no tienen recursos de ningún tipo para cubrir sus necesidades básicas. Es decir, se trata de una protección, destinada a aquellas personas que no cuentan con un trabajo o al menos este, no les proporciona un salario digno para vivir.
El motivo por el que hay que hacer la declaración de la Renta en estos casos
Lo primero que hay que tener claro es que cuando se habla del Ingreso Mínimo Vital (IMV), no se habla de una prestación con un importe fijo para todos los beneficiarios. Esta ayuda, está regulada en base a unos parámetros, de tal forma, que se asigna a cada persona el importe según sus necesidades. Para decidir esta cantidad, se tienen en cuenta factores como las personas que forman parte de la unidad de convivencia o los ingresos de los que dispone la persona. Una vez se tenga, la Seguridad Social completa esos ingresos en base al margen que esta ayuda provee.
Esto se hace cada año. ¿El motivo? Comprobar que los beneficiarios siguen necesitando la ayuda, y modificarla o eliminarla, en el caso de que obtengan más o menos ingresos que el año anterior. Este es el motivo por el que los beneficiarios del ingreso Mínimo Vital (IMV), deben realizar cada año de forma obligatoria la declaración de la Renta. Pues es mediante esta gestión, como comprueba la Seguridad Social y Hacienda, las condiciones económicas de los beneficiarios.
Por tanto, en caso de que no se llegue a presentar, la Seguridad Social procederá a la suspensión del Ingreso Mínimo Vital (IMV). No obstante, debemos tener en cuenta que es posible recuperar esta ayuda, aunque te la hayan retirado. Para empezar, si ha sido un error y no se ha presentado dicha declaración, puede hacerse fuera de plazo. Por otra parte, si se ha quitado la ayuda por superar los límites de ingresos, se puede volver a pedir si la situación vuelve a empeorar.