La doctora Carmen Barbas y experta neumóloga, se contagió en marzo por coronavirus, teniendo que utilizar para salvar su propia vida el sistema de ventilación que ella misma había desarrollado.
La noticia del ingreso en el hospital se difundió dentro y fuera de Brasil. La mujer, de 60 años de edad y con 35 años de trayectoria en la medicina del país más grande de latinoamérica, es una experta internacional en ventilación mecánica por intubación, un método utilizado en el tratamiento de casos graves contra la COVID-19.
Estudio del coronavirus
En marzo de 2020, los profesionales sanitarios comenzaron a darse cuenta que el coronavirus era peligroso.
“Al estudiar los virus durante muchos años, vimos que este nuevo virus es muy diferente, muy agresivo, sobrevive a temperaturas muy altas, lo que no es normal para los virus respiratorios”, dijo Carmen.
Barbas cuenta que estaba tomando todas las medidas preventivas para evitar el contagio, sin embargo, comenzó a cansarse mucho, le dolía la garganta y tenía dolores musculares.
El 27 de marzo el resultado de la prueba contra el coronavirus había dado positivo, de inmediato llamó a sus colegas para que la internaran porque estaba muy agotada.
Barbas fue entubada con ventilación mecánica, método que ella ayudo a crear.
De acuerdo con los principios de la ventilación pulmonar protectora, era necesario ajustar el respirador para ventilar suavemente el pulmón de la paciente, evitando daños en el órgano, y monitorear cuidadosamente su progreso las 24 horas del día.
El 20 de abril, Carmen fue dada de alta y en el mes de junio se preparó para volver al trabajo, aún sometida a fisioterapia.
Ventilación mecánica
Hija del neumólogo y ex profesora de la Facultad de Medicina de la Universidad de Sao Pablo (USP) João Valente Barbas, Carmen siguió los pasos de su padre. Se graduó de la USP y comenzó su doctorado en ventilación mecánica en 1995.
Junto a su colega Marcelo Amato, en el año 1998 publicaron un estudio clínico en el New England Journal, una revista científica reconocida de los Estados Unidos.
“Estábamos estudiando ventilación mecánica en pacientes con síndrome de incomodidad respiratoria aguda, SDRA”, le dijo Carmen a BBC News Brasil.
«En ese momento, la tasa de mortalidad por este síndrome era del 70%. Los que trabajaban en cuidados intensivos se desanimaban porque la mayoría de los pacientes morían».
Al final del estudio clínico, el número de muertes entre los pacientes tratados con la nueva técnica se redujo al 40%. En el 2000, un gran estudio estadounidense confirmó, también en el New England Journal, que el enfoque del grupo de USP era mucho mejor.
Desde entonces, la tasa de mortalidad de pacientes con SDRA se ha reducido aún más del 30%. Y el equipo dirigido por Carmen y Amato ganó una voz internacional, ayudando a transformar la ventilación mecánica en el mundo, reseñó la BBC.