En noviembre de 2016, tuvo lugar uno de los acontecimientos más tristes de la historia reciente del fútbol. El avión donde viajaba el Chapecoense, un modesto equipo brasileño que se encontraba disputando la Final de la Copa Sudamericana, se estrelló mientras volaba hacia Medellín, donde tenía que jugar ante el Atlético Nacional de Colombia.
Este trágico suceso se convirtió en el centro de atención del mundo durante unos días. 71 personas fallecieron en la tragedia, cobrándose la vida de 19 futbolistas y todo el cuerpo técnico del equipo.
Por increíble que parezca, seis personas lograron salvar su vida en un accidente que dejó el avión hecho pedazos y con muy pocas esperanzas de poder encontrar supervivientes. Entre los supervivientes, destaca la figura de Jackson Follmann, quien pasados los años se ha convertido en una auténtica estrella del pop en Brasil.
El portero, perdió su pierna en el impacto del avión contra el suelo, pese a ello, el se considera un «privilegiado» después de haber podido sobrevivir al tremendo accidente. Los médicos le aseguraron que tardaría muchísimo trabajo volver a andar, pero a los tres meses, el jugador pisó el césped de las instalaciones del Chapeconese para entrenarse de nuevo, eso sí, con un nuevo aliado: su prótesis.
Parecía un milagro, no era posible que una persona habiendo sobrevivido a aquello, aún tuviera la capacidad de tocar balón y correr, algo que para el exjugador brasileño supone «un milagro de Dios».
Pasados cuatro años de la tragedia, Follmann se ha convertido en una estrella del pop, tras ganar la versión brasileña del talent show musical ‘Pop Star’ en su edición para famosos.
Su emoción tras proclamarse vencedor lo decían todo. Jackson estaba dando una lección de vida al mundo, siendo capaz de sobre ponerse a todas y cada una de las circunstancias que le causado la vida.
Tras la tragedia que asoló al mundo del fútbol, hoy Jackson, es padre de su primer hijo y se ha convertido en un auténtico ejemplo de superación en todos los sentidos.