Francisco Zuasti, que tiene una lesión medular cervical Asia A C7 (tetraplejia) y en silla de ruedas desde 2008, nos cuenta cómo ha sido su primer día tras llevarse 50 días confinado en su casa por la pandemia del Covid-19.
Salir de casa, tras llevarse 50 días de confinamiento, «ha sido toda una experiencia, como si fueras a descubrir un nuevo lugar, pero sobre todo, como si te introdujeras en plena selva con animales venenosos».
Para Fran esta ha sido la segunda vez en su vida que ha estado «confinado» tantos días. La primera, fue cuando sufrió el accidente laboral. Una caída de 9 metros le dejó postrado en una silla para toda la vida y con todas las dificultades fisiológicas que conlleva una lesión medular. «Estuve 52 días entre UCI y planta hasta que volví a «pisar» la calle», nos señala.
«Ha sido la segunda vez que he estado confiado tanto tiempo».
Antes de disponerme a «volver» a salir a calle, ha consultado toda las recomendaciones sanitarias en cuanto a prevención para hacerlo con total seguridad. Para ello, «he utilizado la información de esta web que explica cómo desinfectar la silla de ruedas al volver a casa, que era unos de los mayores problemas a la hora de exponerme de nuevo a la calle. Además, la protección facial y de manos para no infectarme por aquello que pudiera tocar».
Fran señala que hay que tener en cuenta «que nuestros «pies» son nuestras ruedas que tienen pleno contacto con nuestras manos y suelo (en caso de ir autopropulsado) y por ello he utilizado guantes para evitar el contacto con mi piel». En su caso, al tener un asistente eléctrico como es el Batec Mobility, no ha necesitado darle a los aros, pero de no tenerlo, hubiera tomado las mismas medidas, asegura Zuasti.
Tres metros de distancia
Durante el recorrido ha aumentado las medidas de seguridad establecida por las autoridades competentes, ya que «los virus caen y nosotros al estar a menor altura en la silla de ruedas, somos una «diana» con mayor probabilidad de contagio. Por tanto, si dicen 1,5m, para nosotros (silleros) deberíamos establecer cómo mínimo tres metros».
«Han sido sensaciones muy extrañas, como si de algo malo estuviera haciendo y además de mucho respeto, incluso hasta pánico por tocar algo que no debiera o tocarme sin querer la cara», nos señala Fran. Además, afirma que ha sido la primera toma de contacto para «perder el miedo a salir».
Los lesionados medulares tienen deficit de sistema inmune
Los lesionados medulares como es su caso, tienen más riesgos en cuanto a afectaciones por este virus, ya que su capacidad neuromuscular pulmonar es menor, ademas, por el deficit de sistema inmune asociado a la lesión medular, ya que puedes comportarse como un vector asintomático que impida el control del contagio por su no detección, afirma el Medico Adjunto de Rehabilitación en Hospital Nacional de Parapléjicos Francisco G.H. «Un doble riesgo que asumimos personas con estas patologías», finaliza Fran Zuasti.