La principal diferencia entre un depósito bancario y una transferencia bancaria, es que con el primero, el cliente busca obtener una rentabilidad del dinero y con el segundo, solo cambia el dinero de un sitio a otro. Ambos son servicios financieros ofrecidos por las entidades bancarias, aunque cada uno de ellos cuenta con unas peculiaridades que los diferencian.
De este modo, podemos decir que un depósito bancario es un producto que el cliente contrata con el banco, en el que se compromete a entregar una cantidad de dinero a la entidad durante un tiempo determinado. El acuerdo consiste en que pasado dicho periodo, el banco debe devolver a su dueño el dinero entregado, más la rentabilidad pactada.
Por su parte, una transferencia bancaria no es más que una forma de enviar dinero con la garantía de hacerlo mediante el sistema electrónico de una entidad bancaria. Este dinero puede pasarse desde una cuenta a otra de un mismo cliente, o incluso a cuentas de otros usuarios. Las condiciones para hacerlas y tiempo de tardanza, dependerán tanto del banco emisor, como del receptor.
Así pues, elegir entre un producto financiero u otro, dependerá del objetivo que tengamos en cuanto a nuestro dinero se refiere. Pues si solo queremos ‘almacenarlo’ para disponer de él cuando queramos, o queremos imposibilitar esta disponibilidad a cambio de conseguir rentabilidad una vez pasado el tiempo acordado para tenerlo invertido.
¿DEPÓSITO BANCARIO O TRANSFERENCIA BANCARIA?
Aunque el fondo tanto de un depósito bancario, como de una transferencia bancaria es tener ahí depositado nuestro dinero, el fondo y la forma son muy distintos. Y es que con una transferencia, se puede ahorrar siempre que el propietario del dinero considere que quiere ir ingresando una cantidad cada cierto tiempo y no tocarla. Sin embargo, este hecho dependerá solo del usuario, de que no quiera tocar el dinero y de que cumpla con sus objetivos, pero además, no generará nada de rentabilidad.
Sin embargo, a la hora de contratar un depósito bancario, el acuerdo es directamente con el banco, por lo que debe cumplirse lo estipulado con este. Esto significa, que el cliente tiene la obligación de depositar la cuantía con la que se haya comprometido, así como la imposibilidad de tocar ese dinero durante el periodo que dure el contrato. El banco por su parte, debe responder aportando además de la cantidad que se la confiado, la rentabilidad acordada.
Pero, ¿Qué servicio financiero es mejor? Depende del objetivo. La ventaja de las transferencias, es que siempre tendrás tu dinero disponible para cuando lo necesites, sin embargo, el inconveniente es que no generarás nada más. Por su parte, la ventaja del depósito es precisamente la rentabilidad que te aportará a futuro. Sin embargo, el inconveniente es que el dueño del dinero no podrá acceder a él hasta cumplido el plazo, pues de lo contrario, podría enfrentarse a una penalización.
TIPOS DE DEPÓSITOS
Existen dos tipos de depósitos. Por una parte, el depósito a la vista. Se trata de un servicio en el que el titular puede disponer plenamente del dinero depositado en el banco en cualquier momento. Están considerados, por detrás del dinero en efectivo, el bien más líquido del mercado. ¿Por qué? Porque el cliente tiene una disponibilidad total en cualquier momento en prácticamente cualquier cajero automático del mundo.
Por otra parte, existe el depósito a plazo. En este caso, el cliente entrega su dinero a la entidad financiera durante un plazo de tiempo determinado a cambio de condiciones ventajosas e intereses a su favor. Por contra, el usuario no tiene disponibilidad total del dinero, sino que esta es limitada. Sin embargo, debido a este inconveniente, las rentabilidades que ofrecen los bancos son mucho mayor.