El pescado es uno de los alimentos más saludables que podemos encontrar en el mercado. Contienen una gran cantidad de nutrientes y es muy recomendable a cualquier edad. Es por eso por lo que, en general, los médicos y nutricionistas recomiendan consumir pescado varias veces a la semana.
Pero parece que no todo el pescado es bueno ni apto para el consumo, o al menos no el lugar en el que se compra como, por ejemplo, puede ser el supermercado. Existen algunas variedades de pescado que no tienen esa calidad nutricional que normalmente representa a este alimento.
Roberto Méndez, médico de Atención Primaria, ha explicado en la publicación de El Español cuáles son esos pescados que no recomienda consumir ni comprar ya que tienen una calidad nutricional bastante pobre. Estos son la panga, la tilapia y la perca.
3 pescados que los médicos no recomiendan por su baja calidad nutricional
Por norma general no se suelen recomendar los pescados altos en mercurio, pero este no es el caso de la panga, la tilapia o la perca. Es cierto que no son pescados con altas cantidades de mercurio, pero como especifica el doctor Roberto Méndez, tampoco tiene una gran calidad en cuanto a nutrición se refiere.
A continuación vamos a conocer cada uno de estos pescados para que puedas comprobar por ti mismo que son pescados que es mejor evitar.
Panga
La panga es un tipo de pescado de agua dulce muy habitual en el sudeste asiático. Solía ser uno de los pescados más vendidos en España, pero desde hace un tiempo dejaron de recomendarlo e incluso prohibieron su venta en los supermercados.
Este pescado presenta niveles significativos de mercurio, un conocido metal pesado que tiende a acumularse en los pescados. La cantidad de mercurio aumenta con el tamaño del pescado y su posición en la cadena alimentaria.
Un estudio publicado en Chemosphere reveló que la panga puede contener concentraciones de mercurio que superan los 0.5 mg/kg, situándose en niveles comparables a los del pez espada y el emperador, que son conocidos por acumular grandes cantidades de este metal. Anteriormente, la normativa europea establecía un límite máximo de 0.5 mg/kg para el mercurio en el pescado, aunque actualmente este límite se ha elevado a 1 mg/kg.
Por otro lado, la cría de panga es altamente industrializada, y aproximadamente el 90% de la panga consumida en todo el mundo (que asciende a 1.5 millones de toneladas al año) proviene de criaderos en los ríos de Vietnam. Sin embargo, muchos de estos ríos, como el Mekong, están altamente contaminados, y, precisamente, el 90% de la panga vendida en Europa proviene de este río. España es el principal importador y consumidor de panga en Europa.
Además, la cría de estos peces se lleva a cabo en piscifactorías, donde los piensos pueden contener residuos de pesticidas y otros productos químicos.
Por último, en cuanto al valor nutricional, la panga deja mucho que desear. En comparación con la merluza, otro pescado blanco, la panga tiene casi un 50% menos de proteína y entre un 60-80% menos de ácidos grasos poliinsaturados.
Tilapia
La tilapia, por otro lado, enfrenta una serie de problemas muy similares a los de la panga. Se trata de un pescado blanco relativamente común y ocupa el cuarto lugar en consumo en Estados Unidos, donde se ingieren en promedio 0.5 kg de tilapia por cada ciudadano estadounidense al año.
Aunque no presenta niveles de mercurio tan altos como la panga, la tilapia comparte el mismo método de cría en piscifactorías, lo que también plantea interrogantes sobre sus impactos en la salud y el medio ambiente en general. De hecho, este pez se cría en más de 130 países, tanto en tanques como en estanques interiores, ya que su crecimiento es rápido en entornos controlados y tolera bien el hacinamiento.
Sin embargo, precisamente estas condiciones de hacinamiento suscitan preocupaciones sobre los posibles problemas para la salud. Las prácticas de cría insostenibles pueden perjudicar los ecosistemas acuáticos y agotar las poblaciones de peces, mientras que el hacinamiento en entornos artificiales puede aumentar el riesgo de enfermedades y la necesidad de utilizar medicamentos en la alimentación de estos peces. Además, comparten el problema de los piensos que pueden contener residuos de pesticidas y otros productos químicos, como ya hemos mencionado en el caso de la panga.
Finalmente, en términos de valor nutricional, la tilapia tampoco se destaca, ya que es más pobre en proteínas y ácidos grasos omega-3 en comparación con pescados más saludables y populares, como el salmón y la caballa. Además, contiene un mayor contenido de grasas saturadas, un factor importante a considerar.
Perca
La perca, al igual que la panga y la tilapia, es un pescado blanco económico y, a menudo, proviene de entornos con posibles niveles de contaminación, aunque su consumo se considera seguro ya que todos pasan por controles sanitarios al ingresar a la Unión Europea.
No obstante, su sabor limitado es decepcionante, al igual que su perfil nutricional: solo aporta unas 90 kcal por cada 100 gramos, lo que se debe en parte a su bajo contenido graso, que ronda apenas 1.5 gramos por cada 100 gramos.
En consecuencia, la perca no se caracteriza por ser una fuente abundante de ácidos grasos omega-3, sino más bien lo contrario. Aunque contiene un poco más de proteínas que la panga, la perca no sería la elección más adecuada entre los pescados blancos para consumir en países como España, donde existen opciones de mayor calidad, como el bacalao o el bonito, que pueden tener hasta un 20% de proteínas en comparación con el 12% de la perca o el 10% de la panga. Sin embargo, tanto la perca como la panga suelen ser más económicas en comparación con otras alternativas.