Cuidar la piel es fundamental durante todo el año. A pesar de las temperaturas, exponernos al sol durante un largo periodo de tiempo es igual de dañino durante todo el año. Por tanto, protegernos es vital para la salud de nuestra piel en cualquier época. Sin embargo, el verano es la estación más propicia a sufrir quemaduras.
Y es que la exposición solar durante más tiempo, a causa de ponernos en traje de baño tanto en playas como en piscinas, puede hacer que suframos quemaduras importantes. Estas, no solo son dolorosas en el momento, sino que a largo plazo, pueden ser el detonante de un problema de salud mayor.
No olvides que la piel tiene memoria. Esta frase tan habitual en nuestro país, esconde una gran verdad. Y es que el daño que le hagamos a nuestra piel ahora, puede tener graves consecuencias de salud en el futuro. No obstante, con un buen cuidado y protección, el riesgo de sufrir alguna enfermedad se reduce considerablemente.
Pero, ¿No es bueno tomar el sol? El sol nos aporta vitamina D que es fundamental para nuestra salud. Sin embargo, en exceso puede ser perjudicial. Por ello, lo mejor es además de protegerse, exponerse a horas como primera hora de la mañana o por la tarde. Además, es importante que no sea durante mucho tiempo y es fundamental que estemos hidratados.
Así puedes cuidar tu piel si te has quemado
Si tras un largo día de playa, la piel te arde, está confirmado: te has quemado. La sensación de escozor, irá en aumento del mismo modo que aparecerá en tu piel un llamativo color rojo. Así mismo, al tocarte la zona afectada, notarás un calor difícil de soportar. Si ya hemos incurrido en este error, ¿Qué podemos hacer?
En primer lugar, si el dolor es intenso, puedes aplicar frío en la zona. Si lo hacemos directamente con la ducha, es importante que el chorro de agua fría no te de de lleno, pues es probable que pueda molestarte. Aplicar hielo directamente, tampoco es una buena solución. En este caso, podría producir una intensa vasoconstricción que podría agravar más la lesión. Por tanto, lo mejor es poner paños húmedos en agua fría.
Tras ello, hidratar la piel quemada de forma intensa es lo más importante. Con este objetivo, aplica de forma continuada cremas emolientes y calmantes. En el mercado existen multitud de productos específicos para después del sol que pueden ser de gran ayuda. Y es que estos contienen activos calmantes y reparadores, que beneficiarán la cura de la zona afectada.
Otros remedios contra las quemaduras
Lo anteriormente descrito debe ser ‘santo y seña’ de toda cura de quemaduras. Es decir, no debe sustituirse por otros remedios, al menos que acudas a un especialista médico y así lo indique. No obstante, existen otros remedios complementarios que podemos sumar, para que la recuperación sea totalmente eficaz.
Uno de ellos es beber agua. Mantener la hidratación de la piel es fundamental y para ello, no solo hay que hacerlo de forma externa sino de forma interna. Por tanto, beber abundante agua nos puede ayudar. Comer fruta es otra solución fresca y agradable para este mismo objetivo. Si quieres saber más, no te pierdas este artículo sobre las frutas que mas hidratan.
Finalmente, es importante evitar el uso de productos que contengan alcohol, no abrir las ampollas y usar ropa transpirable y holgada para que no nos moleste. Si se lleva a cabo todo este proceso, es muy probable que a las 72 horas, los síntomas empiecen a disminuir considerablemente.