Bendita sanidad pública. Criticada por muchos y alabada por pocos. Pero cuando existe una situación de alerta sanitaria o pandemia, como está ocurriendo con el coronavirus, ellos están ahí. Al pie del cañón.
Porque ahora los héroes no llevan capa, sino bata y luchan por salvar vidas, como siempre, y que el Covid-19 no se siga expandiendo.
Esta situación debe servir para que recordemos la importancia de tener una buena sanidad pública. Y para no saturar la sanidad es primordial comprender que hay que quedarse en casa, en la medida de lo posible, y promover que el virus no se expanda.
Porque ahora ellos, como siempre, dan el 200% en su trabajo y por ello, los trabajadores sanitarios son nuestro orgullo. Que la responsabilidad ciudadana ayude a ello.
Por eso, cuando los gobernantes hablen de privatizar la sanidad, o parte de ella, habrá que tener en cuenta el trabajo que los profesionales de la sanidad pública realizan.
Por eso, cuando los gobernantes quieran empeorar las condiciones laborales o realizar recortes en dicho sector, nos acordaremos de los profesionales de la sanidad pública que están realizando ahora, y siempre, una gran labor.
A los médicos, enfermeros, auxiliares, cocineros, limpiadores y demás equipo que conforman la sanidad solo le tenemos que dar mil gracias por su trabajo. Abandonan a su familia en este duro momento para solucionar esta pandemia y estoy seguro de que lo conseguirán. Mucha fuerza.
Bendita Sanidad pública, porque con la salud no se juega.