Las tarjetas de crédito suelen estar vinculadas a una cuenta bancaria para su utilización. Es decir, el dinero con el que se realiza un pago con tarjeta de crédito procede de esa cuenta bancaria en cuestión. Por lo general, es indispensable tener una cuenta bancaria para el uso de una tarjeta de crédito, aunque existen interesantes excepciones.
En los últimos años, la tarjeta de crédito ha ganado terreno al pago de dinero en efectivo. Actualmente, la mayoría de ciudadanos utiliza la tarjeta de crédito para pagar compras en cualquier establecimiento o retirar dinero en efectivo de los cajeros. Es decir, la tarjeta de crédito se ha convertido en un elemento clave en el día a día de cualquier persona.
Los profesionales de ‘Mapfre‘ explican que «la principal característica de las tarjetas de crédito es que permiten a su titular contar con dinero para pagar, aunque en el momento de la compra, este no disponga de saldo en su cuenta (o prefiera no gastarlo en ese momento). Entonces, la entidad bancaria proporciona un préstamo (mediante la tarjeta de crédito) y el cliente hace uso de él».
Tipos de tarjeta
Es importante conocer los tipos de tarjeta que existen en el mercado financiero ya que, en ocasiones, puede llevar a confusión a los ciudadanos. Todas se utilizan, principalmente, para realizar pagos o disponer de dinero en efectivo. Sin embargo, presentan características peculiares que es necesario destacar:
- Tarjeta de crédito: Permiten al ciudadano utilizar una cantidad de dinero que no tiene, ya que el banco le ofrece una especie de préstamo. Así, se establecen unas condiciones sobre la fecha y modo de devolución del dinero prestado por la entidad bancaria.
- Tarjeta de débito: Son una de las tarjetas más comunes entre los ciudadanos. En este caso, solo se pueden realizar operaciones con el saldo disponible en la cuenta bancaria.
Por otra parte, encontramos las tarjetas prepago. Esta alternativa es una de las opciones que está cobrando más fuerza entre la población actual y más cercana a la digitalización. La ventaja de este tipo de tarjeta es que no es necesario el compromiso o vinculación con ninguna entidad bancaria.
Así, las tarjetas prepago sin cuenta bancaria se recargan y sirven para adquirir productos o servicios por internet o en establecimientos físicos. En este tipo de tarjetas se establece un saldo máximo que puede recargar el cliente.
Tarjeta de crédito sin cuenta
Por norma general, las tarjetas de crédito están asociadas a una determinada cuenta bancaria, especialmente con las entidades tradicionales. Sin embargo, en la actualidad, existen diferentes bancos online que permiten tener una tarjeta de crédito sin tener una cuenta bancaria con ellos.
Un ejemplo evidente de esto es ‘WiZink’, con el que se puede tener una tarjeta de crédito sin necesidad de cambiar de banco. Es decir, el usuario puede conseguir una nueva línea de financiación para su economía, mientras mantiene los servicios contratados con otro banco tradicional.
En cualquier caso, si un ciudadano busca una tarjeta sin asociarse a una cuenta bancaria, la mejor opción es obtener una tarjeta prepago. Sin embargo, este tipo de tarjetas también presentan determinados inconvenientes que es necesario analizar.
Como conclusión, desde ‘Mapfre‘ informan que «el principal problema de las tarjetas prepago reside en que muchos comercios no las aceptan ni para el pago de forma física ni para compras online. Por ello, conviene analizar las opciones disponibles y decidirse por aquellas que estén emitidas por VISA o Mastercard, aunque estas suelen estar asociadas ineludiblemente a alguna cuenta monedero».