Los huevos son uno de los alimentos principales de todas las familias por su gran valor nutricional, destacando las proteínas y vitaminas. Sin embargo, no se le da la importancia a la cáscara y por ello, desde la Organización de Consumidores, OCU, nos hace estas recomendaciones para una perfecta limpieza antes de cocinarlos o conservarlos.
Queda claro qué, un huevo está formado por la clara y la yema, pero no hay que olvidar la cáscara.
Si bien, en ocasiones, la cáscara pude advertir al consumidor de que el huevo no se encuentra en buen estado; incluso antes de cocinar el alimento o de sacar de la cáscara.
En cualquier caso, un método para observar si un huevo se encuentra en buen estado es introducirlo aún con la cáscara en un vaso con agua y un puñado de sal. Si el huevo se hunde querrá decir que está fresco, mientras que si sale a flote podría indicar que se encuentra en mal estado. Así lo aconsejan desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
Limpiar la cáscara del huevo
En ocasiones, hemos detectado la cáscara de huevo sucia a la hora de comprarlos en un supermercado. Este hecho se observa aún más en el caso de personas que cuentan con granjas con gallinas ponedoras de huevo para su propio consumo.
En cualquier caso, es importante limpiar de forma adecuada los huevos antes de conservar en el frigorífico y también antes de consumir.
Hay que tener en cuenta que desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) no recomiendan lavar la cáscara de los huevos antes de conservarlos en la nevera. Esto es así debido a que la cáscara de los huevos cuentan con una fina capa de cutícula que evita que los gérmenes puedan entrar al interior. Al lavarla, esta película podría eliminarse.
Tips para limpiar los huevos de forma segura
Teniendo todo esto en cuenta, sería adecuado limpiar la cáscara de los huevos justo antes de comerlos, ya que esto no supone ningún riesgo al quitar la cutícula protectora y ayuda a que no entren partículas en los alimentos después de quitar la cáscara.
En este caso, a la hora de limpiar los huevos con agua, es importante evitar sumergirlos, si no hacer una limpieza rápida y superficial. Si esta suciedad no sale, puedes ayudarte con una lana de acero sin usar y frotar suavemente.
Por último, deja reposar los huevos sobre un paño de cocina y déjalos secar individualmente con papel absorbente justo antes de cocinar.
Además, es importante evitar que un trozo de cáscara caiga en la parte comestible del huevo durante la cocción, y mucho menos ingerir pequeñas partículas de cáscara, ya que esto podría provocar salmonelosis.