Dentro de un testamento se pueden incorporar diferentes elementos propiedad del testador, con la finalidad de que formen parte de su herencia tras su fallecimiento. Entre los elementos de un testamento, se contempla dinero, vivienda, coche u otros enseres de valor. Además, no hay que olvidar que una herencia también está compuesta por posibles deudas del testador.
La Real Academia de la Lengua Española (RAE) define testamento como: «Declaración que de su última voluntad hace alguien, disponiendo de bienes y de asuntos que le atañen para después de su muerte». También explica que se trata del «documento legal en el que consta de forma legal la voluntad del testador».
En cualquier caso, hay que tener en cuenta que el testamento es un documento oficial que cuenta con una serie de limitaciones respecto a la disposición de los bienes, que queda establecido en el Código Civil español. No obstante, presenta numerosos beneficios en comparación a la repartición de una herencia de una persona que no ha realizado testamento en vida.
Así, es frecuente que entre los bienes de un testamento se encuentre un coche u otro vehículo. Los expertos en la materia explican que, para heredar un coche, es preciso llevar a cabo una serie de procedimientos previos ante la Dirección General de Tráfico y la compañía de seguros que corresponda. Entre otras cosas, es necesario realizar un cambio de titularidad.
¿Cómo se hereda un coche?
Primeramente, para heredar un coche, hay que saber si la persona fallecida ha hecho o no testamento. El procedimiento más adecuado y sencillo se produce cuando la persona fallecida ha hecho testamento. En ese caso, pueden darse varias situaciones a tener en cuenta.
La situación más clara es aquella en la que el testador ha fijado en el testamento a una persona concreta como beneficiaria de la herencia del coche. Así, dicha persona tendrá la responsabilidad de realizar todos los trámites de tráfico necesarios para obtener la titularidad del vehículo. Además, es necesario recordar que cualquier persona tiene derecho a aceptar o rechazar la herencia, siempre que así lo crea conveniente.
Otro caso un poco más complejo consiste en que el testador haya dispuesto su vehículo en el testamento, pero no lo haya dejado a nadie en concreto. Ante esta situación, todos los herederos serán dueños del coche hasta que no se proceda a la repartición de la herencia y se adjudique a un heredero de forma específica.
Sea cual sea la situación, siempre es obligatorio incluir el coche en el inventario de bienes de la herencia, en este caso con testamento. Se debe llevar al notario el documento que acredite la titularidad del coche y posteriormente adjudicarlo al heredero que corresponda en la repartición.
Cuando una persona fallece sin testamento, para la repartición de un coche en la herencia se necesita un proceso más dificultoso para las partes. Primeramente, se debe determinar por ley que familiares forman parte de los herederos forzosos. Como paso final, entre los herederos que acepten la herencia, se produce una repartición de los bienes, entre las que se encontrará el coche.