A la hora de cobrar una herencia es necesario cumplir con los gastos asociados a ella como, por ejemplo, el Impuesto de Sucesiones y Donaciones, la Plusvalía Municipal o el coste del notario, por ejemplo. Todo esto hace que el gasto se incremente y que, en muchas ocasiones, los herederos decidan impugnar el testamento para evitar los gastos, especialmente cuando se trata de un testamento en el que los herederos no están de acuerdo y tienen que ir a juicio, ya que los costes también corren a cargo de los herederos.
Impugar un testamento es un proceso totalmente legal que permite cambiar el reparto del legado que dejó el fallecido. No obstante, a pesar de que se podría llegar a cambiar el reparto de la herencia, siempre hay cierto derechos sucesorios que deberán respetarse. Pero, ¿Cuáles son las causas más comunes para impugnar un testamento?
La principal razón para impugnar un testamento es que uno de los hijos ha sido excluido de la herencia general. Aún así, aunque este sea el motivo más común, no es el único. Existen otros motivos que pueden hacer que una persona decida declarar nulo un testamento.
Causar más comúnes para impugnar un testamento
El testamento es un texto legal que el fallecido deja a los herederos para saber qué parte de la herencia le corresponde a cada uno de ellos. Pero los sucesores no siempre están de acuerdo con los testamentos. En estos casos se suele impugnar el testamento.
Te contamos cuáles son los motivos más habituales:
- Por coacción familiar e incluso amenazas
- Por incapacidad, ya sea porque la persona no tiene la edad requerida (14 años como mínimo) o por la capacidad mental.
- Por no haber respetado las cuotas legítimas de los herederos.
- Por preterición, es decir, por no incluir a uno de los herederos forzosos.
- Por error en la redacción, en la firma, en la fecha o por falta de información.
- Por algunos defectos formales. En estos casos se suele decretar la nulidad del testamento.
Una vez que el testamento sea rechazado por los sucesores, se deberá amparar a la ley para que sea válido y modificarse para adaptarse a los derechos sucesorios básicos.
¿Cuál es el plazo para poder impugnar un testamento?
Lo primero que hay que saber es que este derecho solo es válido para los herederos forzosos, es decir, los hijos y descendientes (o el cónyuge en caso de que no existan descendientes). Este proceso deberá realizarse a través de una demanda judicial. El Juzgado de Primera Instancia será el que valore el caso del testamento.
Eso sí, a pesar de que este trámite se suele realizar de forma inmediata, una vez se ha procedido a la apertura del testamento, existe un periodo de 15 años desde el fallecimiento del testador o de la recepción de la copia del testamento. Durante esos años, se podrá realizar el trámite.
El testador no podrá incluir una cláusula en el testamento que prohíba la impugnación, aunque sí que se podrá especificar que solo podrán recibir la herencia legítima. Para este proceso será obligatorio contar con un abogado.