En verano el uso de la piscina es esencial para muchas personas que pasan sus vacaciones en zonas lejos de la playa. De hecho, en esta época del año uno de los productos que más se venden en los supermercados son las piscinas portátiles, las cuáles podemos encontrar a precios muy rebajados cuando se va acercando el período estival. Sin embargo, debemos ser meticulosos con el cuidado diario de la piscina. Y una de las cosas que debemos tener en cuenta en todo momento es en los niveles de pH del agua que ponemos en su interior.
Y es que sin duda mantener la perfecta higiene de las piscinas es algo realmente importante que debemos tener en cuenta a la hora de adquirir uno de estos productos. Ya que es esencial para que las personas que se bañen en ella puedan tener la seguridad de que no están sumergidas en un mar de bacterias y otros microorganismos. Que crecen en la humedad y que si no la limpiamos de forma frecuente pueden ser muy perjudiciales para nuestro cuerpo.
Controlar el pH de la piscina es esencial para garantizar la seguridad del baño
Y es que no basta con querer una piscina, comprarla y colocarla en el mejor lugar del jardín. Debemos conocer todos los cuidados que necesita para que sea apta para el baño y no poner en peligro grave nuestro cuerpo.
Así, los expertos afirman que debe situarse entre 7,2 y 7,6. En este sentido, el valor ideal de cloro en el agua es de 1ppm (partes por millón) y de alcalinidad de 125 o 150 ppm. Así, controlar el pH del agua es sumamente importante para poder bañarnos sin ningún problema.
El pH es el índice de alcalinidad (acidez) del agua, y los niveles óptimos para el baño deben medirse en compañía del índice de cloro. Ya que depende de ambos factores que el agua esté en perfectas condiciones para poder bañarnos en ella.
¿Cuándo se considera que el pH de la piscina es bajo?
Tanto en el caso de que el pH del agua de la piscina sea alto o sea bajo, debemos tener cuidado con bañarnos en ella. Ya que en cualquiera de los dos casos esta situación puede ser realmente peligrosa para nuestro cuerpo. Sobre todo si nos pasamos varias horas sumergidos.
Así, si el pH es menor de 7,2 el cloro disminuye y puede aparecer el color verde en el agua, nuestra piel y ojos se irritan y los elementos metálicos de piscina comienzan a oxidarse. Se considera que el pH de una piscina es ácido cuando es menor de 7,2 y alcalino cuando es mayor de 7,6.
Los síntomas que puede provocar que el pH de la piscina sea bajo son:
- Picor y escozor en los ojos, la nariz y la piel
- Irritación de la garganta
- Aparición de eccemas
- Sequedad, carraspera, irritación, entre otros.
Por todas estas razones, si sientes que tienes cualquiera de estos efectos en tu cuerpo, acude inmediatamente a tu médico para que pueda aconsejarte qué debes hacer para parar los síntomas.