El auge de los entornos de trabajo híbridos y la exposición continuada a las pantallas, en distancias cortas y sin las condiciones adecuadas, constituyen una combinación que está afectando de lleno a uno de los sentidos más valiosos, la vista. Por este motivo, se hace especialmente relevante que las organizaciones adopten medidas para proteger la salud visual de los empleados a fin de reducir factores de riesgo que puedan derivar en sequedad ocular o fatiga visual. Sobre todo, teniendo en cuenta que las pantallas se han vuelto parte de la vida personal y profesional, y cada vez más personas experimentan una variedad de molestias oculares.
Muestra de ello es que, tal y como se extrae del estudio ‘Cigna 360 Well-Being 2021’, el porcentaje de españoles que afirma realizar un uso excesivo de los dispositivos electrónicos asciende al 30%. Y es que, el hecho de que muchas personas hayan pasado a tener la oficina en casa ha provocado que sea más complicado desconectar del trabajo fuera del horario laboral, y es especialmente palpable cuando concluye la jornada de trabajo y los fines de semana.
Del mismo modo, según el análisis realizado por la aseguradora de salud, la falta de políticas de salud y bienestar que tengan en cuenta la salud ocular de los empleados ha propiciado que 2 de cada 10 españoles en activo reconozcan no tener un equipo informático adecuado para su trabajo y el 15% asegure tener fatiga visual como consecuencia de las múltiples reuniones virtuales derivadas del teletrabajo.
“Si analizamos algunos de los principales factores de riesgo para la vista en el entorno laboral, encontramos que la exposición continua a las pantallas de los dispositivos electrónicos puede suponer un factor de riesgo ante la sequedad ocular. Además, el esfuerzo excesivo que a veces realizamos para enfocar objetos a corta distancia o los cambios frecuentes de enfoque cerca-lejos, puede desembocar en lo que se conoce como síndrome informático visual que, si no se presta atención a él, puede traducirse en problemas más graves para la vista a largo plazo. Por ello, en un momento en que los entornos de trabajo híbrido se encuentran plenamente integrados en la normalidad laboral, es importante contribuir desde las empresas a prevenir la aparición de estas afecciones independientemente del lugar donde el empleado desarrolle su actividad”, indica la Dra. María Sánchez, e-Health Medical Manager en Cigna España.
Bajo esta premisa, y con la finalidad de que las compañías de todos los tamaños tomen conciencia de la importancia de prevenir y tratar cualquier problema de visión de su plantilla, Cigna, la compañía experta en proporcionar soluciones de salud holística, comparte cinco medidas que se pueden poner en marcha para mejorar la salud visual en los entornos de trabajo híbridos:
- Llevar a cabo evaluaciones de salud y bienestar como punto de partida. A través de estos análisis es posible evaluar el estado de bienestar de los empleados e identificar posibles riesgos en materia de salud visual. De esta manera, se podrá obtener una foto completa que facilitará la puesta en marcha de medidas específicas que respondan a las necesidades concretas de los equipos en función de sus necesidades personales.
- Proporcionar soluciones adaptadas a los distintos entornos de trabajo. Sea el lugar que sea y desde donde trabaje el empleado, es esencial que disponga de la iluminación adecuada para ejercer adecuadamente sus funciones sin que su salud visual se vea comprometida. Además, es muy recomendable que tanto en casa como en aquellos lugares donde vayamos a pasar muchas horas, se procure crear un ambiente saludable: aireado y sin exceso de partículas en suspensión. La concentración de polvo que se produce en estos lugares, así como el aire caliente que desprende la calefacción es capaz de ocasionar molestias oculares. Por ello, es recomendable mantener los espacios limpios, ventilar (durante unos diez minutos al día, y antes de realizar las labores de limpieza), usar humidificadores, evitar la acumulación de polvo en alfombras o alejarse del humo de tabaco, a fin de reducir los factores de riesgo desencadenantes de patologías oculares.
- Poner en marcha sesiones informativas sobre salud visual. En el caso de empleados que desempeñen tareas para las que sea necesario hacer uso de pantallas, una medida muy útil es organizar talleres de concienciación sobre el cuidado de la visión. Uno de los puntos a tratar puede ser, por ejemplo, cómo deben configurar el brillo de la pantalla en sus ordenadores, tablets o smartphones, cómo deben sentarse o la distancia que deben mantener respecto a estos dispositivos, cómo evitar los reflejos de la pantalla o el uso adecuado de la iluminación indirecta.
- Promover ejercicios para aliviar la fatiga ocular. Uno de los más conocidos es lo que se conoce como la regla del 20-20-20. Cada 20 minutos, es muy recomendable apartar la visión de la pantalla durante 20 segundos y mirar objetos situados a 20 pies (unos 6 metros).
- Ofrecer un control de salud visual anual. La forma más eficaz de mantener una buena salud visual es animar a los empleados a someterse a controles periódicos. De este modo, se podrán identificar los problemas a tiempo y prevenir complicaciones futuras. En este sentido, los servicios de telemedicina son de gran ayuda, puesto que proporcionan tranquilidad al saber que en caso de cualquier afección visual, el empleado podrá contactar con un médico cuándo y donde necesite.
Aunque tomar estas medidas preventivas es importante para evitar cualquier tipo de problema ocular y preocuparse de la salud integral de los empleados, también es fundamental concienciar a los empleados de la necesidad de acudir al oftalmólogo una o dos veces al año a fin de evitar la aparición de afecciones visuales que alteren nuestra calidad de vida, y consultar a un especialista siempre que se tenga alguna molestia ocular.