Desde hace días hay una foto que está dando la vuelta en todas las redes sociales. En ella se observa a un niño junto a su padre jugando un partido de fútbol, destacando el hecho de que el niño va en silla de ruedas mientras que su padre tira de él dentro del terreno de juego.
El pequeño Mario no puede mantenerse en pie debido a que padece escoliosis, tiene una cadera dislocada y una malformación encefálica. Ante esto, su padre, se empeñó en intentar que su hijo también pudiera jugar al fútbol como hacen todos los niños de su edad.
Padre e hijo pertenecen al Leones Juárez, un equipo de fútbol, en el cual comparten el número 0 como un único jugador. «Yo soy sus pies, yo lo muevo, lo llevo a la escuela, lo traigo, lo llevo a sus terapias, hacemos terapia en casa. Ahorita me estoy dedicando 100% a él”, explica Mario, su padre.
«Psicológicamente está bien, su problema es motriz. El fútbol se ha vuelto una terapia para él, no para de sonreír mientras jugamos», cuenta su padre, que tiene la única condición de no tocar el balón durante los partidos y acudir sin falta a los entrenamientos del equipo.
Así mismo, Mario destaca que no hay que discriminar a los niños con dificultades. «Hay que motivarlos, hay que integrarlos. La emoción de un partido de fútbol puede disparar una chispa, y puede hacer milagros», comenta.
Los Leones de Juárez están disputando la Copa Sindicato y los encargados del torneo ya han declarado el honor que supone para ellos que un jugador como Mario forme parte del torneo.