Estar en ayunas es la abstinencia de toda comida y bebida desde las doce de la noche antecedente, según refleja la Real Academia Española.
Pero esta forma de alimentarse puede tener efectos negativos si no sabemos bien cómo gestionar la calidad de alimentos que consumimos.
Los expertos en nutrición saben que el ayuno intermitente es uno de esos métodos que están triunfando entre las dietas y planes de muchas personas.
Pero debemos ser lo suficientemente rigurosos con este tipo de dinámica, porque no todo vale ni vale cualquier tipo de alimento a cualquier hora cuando volvamos a comer.
El ayuno diario
Hay muchos tipos de ayuno y, de alguna forma, la aplicación de ellos a nuestra vida diaria debe depender de cada persona.
- Por un lado encontramos el ayuno 16:8, esto es, que pasamos 16 horas sin consumir ningún tipo de alimento, en completa abstinencia.
- Luego está el 18:6, donde se comprenden 18 horas de ayuno, esto es, casi un día al completo sin llevarnos comida a la boca.
- Otro que también tiene sus adeptos es el ayuno 14:10, que reduce en cuatro horas el ayuno anterior, con 14 en total sin ingerir alimentos.
- El doctor Ramón de Cangas fija que puede haber tanto ayuno de días alternos como ayuno de día completo y alimentación con restricción de tiempo.
- Si realizamos el primero, obtendremos entre un 3% y un 7% de peso corporal, y de 3 a 5,5 kilos de grasa en total. Ahorrándonos calorías.
- «Varias líneas de investigación apoyan la hipótesis de que reducir o eliminar la alimentación nocturna y prolongar los intervalos de ayuno por la noche puede dar lugar a mejoras sostenidas en la salud», sostiene este doctor en El Mundo.
Una semana en ayunas para empezar
El especialista Ramón de Cangas advierte que para comenzar a realizar de forma práctica el ayuno intermitente, lo más cómodo es empezar por la noche.
Si, por ejemplo, tomamos de referencia el ayuno 16:8, con 16 horas en total de ayuno, desayunamos y almorzaremos antes de las 15.00.
¿Quieres adaptar tu plan alimenticio con tu primer ayuno intermitente? Pues toma nota de la lista de siete días que te recomendamos a continuación:
El lunes podemos tener huevos revueltos, pan con aceite de oliva y fruta, además de cecina, para desayunar. Almorzar puré de verduras o salteado de lentejas con ternera y otra pieza de fruta.
El martes puede ser buena idea tomar un yogur natural, nueces crudas y almendras y pechuga de pollo. La crema de calabacín y el pollo con pasta y champiñones lo dejamos para almorzar.
Otra cita con la salud tendremos el miércoles, con cuajada y avellanas para desayunar y ensalada de tomate o guiso de calabaza.
El jueves podemos tirar de tortitas de avena y chocolate, y podemos comer pisto y fruta de temporada. Son sólo algunas ideas y tú mismo puedes ir modificando en función de tus gustos.