El pasado mes de junio de 2021, la Junta de Andalucía presentó la ‘Guía de buenas prácticas para una señalización accesible en edificios’. En pro de la accesibilidad, la guía está dirigida para que las administraciones públicas y entidades privadas que unifica criterios a la hora se señalizar los espacios.
La accesibilidad es esencial en nuestra sociedad para que las personas puedan tener igualdad de condiciones para todo. Por tal motivo, es una prioridad garantizar los entornos accesibles y compresibles. De esta manera se conseguirá promover la autonomía de la persona, evitando situaciones de discriminación.
El trabajo para que se llevara a cabo esta guía fue liderado por la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Junta de Andalucía, liderada por Rocío Ruiz. Esta consejería fue la que se encargó de la edición de este libro que recoge las pautas recomendables de accesibilidad.
El responsable de la edición fue la Dirección General de personas con Discapacidad e Inclusión; mientras que la autoría pertenece al Grupo de Trabajo Andaluz de Accesibilidad Cognitiva.
«Con esta Guía de Buenas Prácticas, la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación pretende situarse a la vanguardia en el campo de la señalización accesible y convertirse en referente para el conjunto de administraciones públicas», señalaba Rocío Ruiz.
¿De qué se habla en la guía de buenas prácticas de accesibilidad en edificios?
Desde la Junta de Andalucía señalan que la publicación trata las condiciones básicas de accesibilidad universal y no discriminación. Todo ello tiene por objetivo garantizar a todas las personas la utilización independiente y segura de los edificios y de su entorno. Todo ello facilitando una buena orientación y desplazamiento dentro de los espacios.
Además, esta guía recoge una introducción sobre:
- La accesibilidad cognitiva y sus recursos o herramientas.
- El proceso de diseño de dicho catálogo.
- La validación cognitiva de los pictogramas diseñados.
- Las recomendaciones para su uso.
Al final, también recoge los pictogramas definitivos y los contextos recomendados para su ubicación. Todo ello en busca de mejorar la accesibilidad.
Con esta iniciativa se pretende unificar criterios a la hora de señalizar los espacios para que en todos los edificios y los espacios similares se señalicen con idénticos pictogramas. Asimismo, la utilización de los pictogramas es pública y extensible a cualquier edificio público o privado.
La importancia de la accesibilidad y la igualdad de condiciones
Como recoge el prólogo de la guía, escrito por Rocío Ruiz, el objetivo es eliminar aquellas barreras que impiden la plena participación en la sociedad. Para ello hay que apostar por la accesibilidad, para que la vida sea autónoma, independiente y activa.
Por todo estos motivos, la accesibilidad universal se convierte en un indicador fundamental de inclusión para las personas con discapacidad.
Para que exista la citada participación social hay que ofrecer un entorno en igualdad de condiciones para todos. Este motivo hace que sea una prioridad garantizar los entornos accesibles y compresibles. De esta manera se conseguirá promover la autonomía de la persona, evitando situaciones de discriminación.
El objetivo de esta guía es que los edificios «sean amigables, construidos o adaptados para ser comprensibles e intuitivos, con la identificación de sus usos y que se puedan recorrer fácilmente. Con ello, prestaremos un servicio público inclusivo y de calidad para toda la población».