Hacemos deporte para que sea el complemento perfecto a esa dieta rica y variada que mantenemos en el tiempo. ¿Pero sabemos cuándo hay que hacerlo para beneficiar a nuestro metabolismo?
Hay estudios que corroboran que salir a correr es más beneficioso en una franja horaria determinada que otra. Y se queman, por tanto, más calorías.
Esto, por supuesto, no quiere decir que el rendimiento que obtenemos corramos a la hora que corramos no deje de ser positivo.
Pero no deja de ser interesante, tanto si somos corredores inexperimentados como si somos atletas profesionales, que esto ocurra.
Igualmente se puede rescatar que tanto en carrera como en ejercicios, hay un momento que es mejor que otro por pura naturaleza.
El metabolismo
Porque las rutinas y los hábitos saludables, también en la vida deportiva, están para cambiarlos cuando no funcionan como queremos.
O simplemente sabemos que si lo mejoramos, tendremos opción de poder sacarle aún más partido a todo nuestro potencial.
- Ahora, un estudio llamado ‘Cell Metabolism’ realizado por la Universidad de Copenhague, en Dinamarca, demuestra que esto es cierto, pero las razones son difíciles de hallar.
- “Una mejor comprensión de cómo el ejercicio afecta el cuerpo en diferentes momentos del día podría ayudarnos a maximizar los beneficios del ejercicio para las personas con riesgo de enfermedades«, sostiene la profesora Juleen R. Zierath del Karolinska Institutet.
- Esta doctora comenta que las patologías contra las que habría más armas que luchar serían la obesidad y la diabetes.
- La sincronización del ejercicio con el ritmo circadiano es la clave, porque es eso justo lo que optimiza los efectos del propio ejercicio.
- El equipo de científicos que ha trabajado en esta investigación ha sacado muestras de sangre, tejidos, cerebro, corazón… y se monitorea según el momento del día.
Comunicación de tejidos
Dominik Lutter, director de investigación de descubrimiento computacional de Helmholtz Diabetes del Centro en Helmholtz Munich comenta cómo los nuevos conocimientos de los estudios implican una comprensión entre tejidos.
Por eso mismo se detalla cómo los relojes circadianos defectuosos se relacionan con un mayor riesgo de obesidad y diabetes tipo 2.
Finalmente, el estudio fija nuevas moléculas de señalización inducidas por el ejercicio en múltiples tejidos, que necesitan aún más pruebas e investigación para conocer el comportamiento.
El estudio cuenta con limitaciones, ya que se realizó con ratones, que tienen similitudes pero también diferencias notorias respecto a los seres humanos.
El profesor Shogo Sato remata esta primera investigación: “A pesar de las limitaciones, es un estudio importante que ayuda a dirigir más investigaciones».
Y de esas investigaciones, nuevas pruebas «que pueden ayudarnos a comprender mejor cómo el ejercicio, si se programa correctamente, puede ayudar a mejorar la salud”, sostiene el profesor del Departamento de Biología y el Centro de Biología de Texas.