Las algas son un alimento relativamente moderno, ya que llegaron hace poco tiempo a la gastronomía. Sin embargo, muchas personas la han ido introduciendo poco a poco en su alimentación al ser bajas en calorías y aportar un sabor diferente a las comidas. Pero ¿Puede ser tratada como un superalimento?
Uno de los grandes defensores del consumo de algas es el Chef Ángel León, llamado popularmente el ‘chef del mar’ por sus increíbles descubrimientos sobre la gastronomía marina. Las algas son un elemento recurrente en sus elaboraciones.
En este sentido, muchas personas hablan de las algas como un alimento con un gran sabor, adelgazante, detox e incluso considerada como un superalimento.
Aspectos positivos de las algas
Es cierto que las algas son un superalimento de aspecto exótico con un sabor peculiar para tus platos. Además, son ricas en micronutrientes esenciales para la salud, como vitamina A, vitamina D, vitamina E y otras vitaminas del Grupo B.
Si bien, son vitaminas que también se pueden encontrar en otros alimentos. Es decir, no puede ser considerada un superalimento por contar con elementos nutricionales excepcionales.
Otro aspecto nutricional a destacar de las algas es que aportan mucha fibra y por tanto dan sensación de saciedad. En este sentido, es cierto que puede ser un alimento ideal para incluir en dietas destinadas a adelgazar.
En definitiva, los compañeros de ‘Nova Life’ concluyen que las algas son un buen alimento para consumir con moderación y que en ningún caso debe tratarse bajo la categoría de superalimento.
¿Por qué no son un superalimento?
Las algas son un alimento joven en Europa. Sin embargo, en Asia su consumo es habitual y además se utiliza en la elaboración de numerosos platos. Así, en los países asiáticos el sistema digestivo de las personas ya está más habituado al consumo de este tipo de alimentos y sus efectos en el organismo.
Uno de los aspectos negativos de las algas es su alto contenido en yodo. Los seres humanos necesitamos este elemento nutritivo para el desarrollo de procesos metabólicos, síntesis de hormonas y otros mecanismo del organismo.
No obstante, un exceso de yodo en el cuerpo podría ser un factor de riesgo de cara a desarrollar diferentes enfermedades. En este sentido, una sobredosis de yodo puede ser perjudicial para las personas con hipertensión.
Existen diferentes tipos de algas en función de sus propiedades y la cantidad de yodo que aportan. Este mismo año, la Agencia de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) recomendaba un consumo limitado de alga ‘kiziki’ por contener elevadas dosis de arsénico inorgánico.
En definitiva, las algas marina no deben ser tratadas como un superalimento para la salud, ya que un consumo en exceso puede ser perjudicial. No obstante, entre su composición encontramos grandes beneficios.
Así, una ingesta moderada de algas marinas ayuda a mejorar la salud de los huesos, tienen propiedades antiinflamatorias, son buenas para mantener la salud cardiovascular, previene la anemia, facilitan la digestión y son diuréticas.
Además, las algas marinas apenas aportan calorías, tienen efectos saciantes y ofrecen determinados beneficios para la piel.