Alan Kempster es un motorista que sufrió un accidente de tráfico en 1990 con su moto cuando fue arrollado por un conductor ebrio que, por si fuera poco, se dio a la fuga. Alan sufrió la amputación de su brazo derecho y su pierna derecha por lo que su vida dió un giro total.
Alan no se rindió y quiso probar cosas nuevas, como el sky náutico, pero lo que él realmente quería era volver a subirse a una moto.
Pudo adaptar su Kawasaki a las nuevas condiciones de su cuerpo concentrando todos los mandos en el lado izquierdo de la máquina: freno, embrague y acelerador en el puño y marchas y freno trasero en el estribo
Finalmente logró su objetivo, y a día de hoy, es piloto de la Fórmula 400 australiana. Tampoco ha perdido el sentido del humor: su dorsal es el 1/2.
En 2018 fallece por causas naturales, dejando su legado y su manera de afrontar la vida.