La epilepsia es un trastorno cerebral que ha aumentando su incidencia en los últimos años. De hecho, afecta en España a más de 200.000 personas. Para quién no la conozca, la epilepsia es un trastorno cerebral que se manifiesta en forma de crisis inesperadas y espontáneas, desencadenadas por una actividad eléctrica excesiva de un grupo de neuronas hiperexcitables. Para hablar de epilepsia hay que haber padecido, al menos, dos crisis.
La epilepsia se puede dar de dos maneras:
- Cuando en menos de 24 horas se presentan más de una crisis epiléptica, sin que exista un causante directo.
- Cuando ha presentado una sola crisis epiléptica espontanea. Para ello es necesario demostrar con los medios diagnósticos habituales que las crisis epilépticas tengan tendencia a repetirse.
Para ello, desde Todo Disca hemos contactado con Elena Cardenal de Fundación Síndrome de Dravet, que ha hablado sobre este trastorno cerebral.
¿Qué es la epilepsia?
La epilepsia es un trastorno cerebral que provoca convulsiones recurrentes, las cuales ocurren cuando las neuronas envían señales erróneas y/o no pueden controlar las señales enviadas.
Durante una convulsión, las personas con epilepsia pueden tener espasmos musculares violentos o perder el conocimiento. Pueden además tener sensaciones y emociones extrañas o comportarse de una manera diferente a la habitual.
¿Qué causa la epilepsia?
En muchos casos se desconoce la causa que generan epilepsia en una persona. En otros casos, la epilepsia puede deberse a una lesión cerebral, un desarrollo cerebral anormal o una enfermedad, como es el caso del síndrome de Dravet, una enfermedad poco frecuente provocada por mutaciones en un gen, el SCN1A, y que da lugar a crisis epilépticas variadas y severas, así como problemas de comportamiento y un importante retraso cognitivo, motor y del habla.
¿Cuál es el mejor tratamiento ante la epilepsia?
En la actualidad no existe cura para la epilepsia, pero en muchos casos los medicamentos antiepilépticos pueden ayudar controlar las convulsiones. Es de vital importancia conocer el origen de la epilepsia en la persona a tratar, puesto que algunos medicamentos antiepilépticos podrían provocar un agravamiento de las convulsiones. Así, los fármacos del tipo «bloqueadores de los canales de sodio» deben ser evitados en los pacientes que padecen el síndrome de Dravet.
En algunos casos de epilepsia, la cirugía o dispositivos implantados, como los estimuladores vagales, pueden ayudar. Además, ciertas dietas, como las cetogénicas controladas por expertos, pueden ayudar a ciertos niños con epilepsia.
Recomendaciones para la epilepsia
De forma general, las personas que sufren epilepsia deben evitar los factores desencadenantes (calor, cambios bruscos de iluminación, excitantes, deportes de alta intensidad, etc.). Es recomendable monitorizar las crisis epilépticas y los medicamentos utilizados a través de un calendario. Los pacientes deben acudir de forma periódica a su médico para controles hemáticos y niveles plasmáticos de medicación, así como para cualquier consulta relacionada a posibles cambios en el tratamiento actual o a la toma de otros medicamentos debida a otras enfermedades.
Durante una crisis, se debe tender a la persona y girarla hacia un lado, para evitar la aspiración de vómitos o saliva, aflojar sus ropas y eliminar del entorno cualquier objeto que le pueda lastimar. Hay que controlar, pero permitir, cualquier movimiento convulsivo. Es importante no introducir los dedos ni otros objetos en la boca de la persona que está sufriendo una crisis. Tampoco se debe intentar administrar medicamentos orales (priorizar administración nasal, rectal o intramuscular; si ha de administrarse medicación oral, hacerlo entre la encía y la cara interna de la mejilla). Tras la crisis, se debe dejar descansar a la persona tumbada sobre un costado.
Se recomienda llamar al servicio de urgencias si es la primera crisis epiléptica que la persona ha tenido en su vida, si la persona se ha hecho heridas durante la crisis o se ha golpeado la cabeza, si la crisis dura más de 5 minutos ‒para evitar la entrada en estado epiléptico‒, o si la persona está embarazada, es diabética o hipertensa.
¿Cómo ha afectado la pandemia del Covid-19 a la epilepsia?
Por norma general, a excepción de aquellas personas con problemas de salud adicionales, la COVID-19 no afecta de manera diferente a alguien con epilepsia. Además, los fármacos antiepilépticos, por norma general, no suprimen el sistema inmune y, por tanto, no implican una menor protección frente a la infección por el coronavirus.
Sin embargo, en algunas personas la fiebre puede desencadenar una crisis. Deben, por tanto y siempre que sea posible, seguirse las medidas de higiene y prevención recomendadas por las autoridades sanitarias para evitar la infección por COVID-19, la cual causa fiebre en la mayoría de las personas infectadas y sintomáticas. Deben también tomarse antipiréticos y tener preparada la medicación de rescate si una persona que sufre epilepsia desencadenada por un aumento de la temperatura corporal va a recibir una vacuna anti-COVID-19, puesto que, como cualquier vacuna, éstas podrían provocar cierta fiebre.
Sobre un artículo
Un artículo publicado recientemente en la revista Epilepsia Open, referido al impacto del confinamiento durante la primera ola de la COVID-19 en pacientes europeos con síndrome de Dravet, también conocido como Epilepsia Mioclónica Severa de la Infancia, y sus cuidadores resalta que la mayoría de pacientes (79%) no sufrió cambios en sus crisis epilépticas durante el confinamiento, y sólo algunos (4%) tuvieron que acudir durante este periodo de tiempo al servicio de urgencias, el cual ofreció una asistencia similar a la ofrecida antes de la pandemia.
Solo uno de los 219 pacientes integrantes de este estudio había contraído la COVID-19 en el momento del estudio; este paciente presentó fiebre, pero no aumentaron sus crisis epilépticas debido a la infección. Sin embargo, el comportamiento empeoró en más de un tercio de los pacientes, aunque dicho empeoramiento no parece estar relacionado ni con la edad del paciente ni con su frecuencia de crisis epilépticas.
Con el auge de las videoconsolas, ¿Cómo ha afectado a la epilepsia?
Los videojuegos podrían presentar un riesgo para las personas con epilepsia fotosensible, las cuales representan el 10% de los casos totales de epilepsia. No obstante, para evitar posibles crisis, es recomendable que el juego con consolas u ordenadores no se extienda hasta el punto de alterar las pautas de sueño de la persona con epilepsia, así como evitar aquellos juegos que generen un grado de excitación excesiva en la persona.