Un ictus es conocido comúnmente como infarto cerebral. Este tipo de afecciones son muy graves para la salud, ya que en ocasiones extremas puede causar daños importantes al sistema neurológico del paciente, e incluso puede producir la muerte. Así, uno de los aspectos fundamentales tras sufrir un ictus es realizar una adecuada rehabilitación.
Después de superar un ictus, uno de los aspectos claves para que el paciente recupere la normalidad o cierta normalidad (dependiendo de las secuelas) es la rehabilitación. Este proceso trata de minimizar los déficits o discapacidades desarrolladas por el paciente que ha sufrido un ictus; así como facilitar la reintegración social.
La lesiones neurológicas causadas por un ictus son difíciles de recuperar en numerosos casos, por lo que es necesario que el paciente y su en torno tengan paciencia y comprendan que se trata de un proceso duradero. Y es que el objetivo número uno de la rehabilitación es que el paciente se adapte a su nueva vida. Si luego es capaz de superar los déficits generados tras el ictus será algo estupendo.
Primeros pasos tras sufrir un ictus
Lo primero que debemos tener en cuenta es que el periodo de rehabilitación dependerá directamente de la gravedad del ictus. Teniendo en cuenta este factor diferencial, es cierto que la recuperación funcional tiene un porcentaje más elevado durante el primer mes de rehabilitación; en una fase que se prolonga hasta aproximadamente el tercer mes.
Normalmente, los especialistas médicos que tratan la rehabilitación de pacientes que han tenido un ictus marcan el sexto mes como un momento clave. En la mayoría de casos, a partir de este mes de recuperación se produce lo que se conoce como «estabilización del cuadro. No obstante, el lenguaje y el equilibrio siguen teniendo margen de mejoras hasta pasados dos años.
Una vez abandonado el centro sanitario tras padecer un ictus comienza el periodo de rehabilitación. En los primeros meses, estos ejercicios rehabilitadores deben contar con la aprobación de un especialista, basado en programas especializados de rehabilitación para cada caso, ya que la persona se encontrará en situación de dependencia.
En estos programas de rehabilitación se realizan terapias físicas, terapia ocupacional, actuación de logopedia, técnica de facilitación neuromuscular u otro tipo de ejercicios adaptados a la situación del paciente afectado concretamente.
Ejercicios de rehabilitación para realizar en casa
Una vez agotadas las posibilidades rehabilitadoras mediante los programas de rehabilitación adaptados; a todos los pacientes que han superado un ictus se les recomienda realizar una serie de ejercicios en sus domicilios. Se trata de ejercicios sencillos a realizar durante 15 minutos entre 2 y 3 veces al día. Estos son algunos de los ejercicios recomendados por la Fundación Española de Ictus:
- Con los dedos entrelazados, codo estirado, subir y bajar los brazos.
- Con los brazos elevados, moverlos lateralmente (a derecha e izquierda)
- Flexión y extensión del codo (si es necesario ayudarse con la mano sana)
- Flexión y extensión de la muñeca y dedos.
- Ejercicios de extensión de la rodilla para potenciar el cuadriceps.
- Ejercicios autoasistidos con las manos entrelazadas llevando el miembro parético en extensión y supinación de antebrazo.
- Extensión pasiva de los dedos de la mano y abducción del primer dedo; extensión pasiva de codo. Ejercicios autoasistidos con manos entrelazadas tanto de miembros superiores como inferiores.
En caso de que el paciente pueda caminar, deberá andar varias veces al día, para ir recuperando poco a poco la movilidad total. Si se encuentra en un proceso de recuperación avanzada, también puede salir a la calle dar un paseo; teniendo en cuenta la fatiga. Estos ejercicios deben realizarse siempre que el usuario vaya en condiciones seguras.
Un aspecto importante forma parte de los familiares o cuidadores a cargo del paciente. Siempre que el paciente pueda realizar una actividad es adecuado estimular su realización, aunque le lleve un tiempo más elevado de lo normal. Hablamos de actividades como ducharse, comer o vestirse. La sobreprotección puede ser contraproducente en el proceso de rehabilitación.
Así, en pacientes que han sufrido trastornos del lenguaje es recomendable mantener conversaciones con ellos. Podemos hablarles de cosas cotidianas y estimular su habla. Otra tarea importante puede ser incitarle a leer en voz alta. Son ejercicios muy recurrentes como rehabilitación en casa frente al ictus.