Para tener derecho a obtener el reconocimiento de una incapacidad permanente en España, es obligatorio el cumplimiento de una serie de requisitos imprescindibles. En esta ocasión, nos vamos a centrar en los conceptos clínicos que deben acreditarse por parte de la persona solicitante.
Hay que recordar que una incapacidad permanente es un tipo de pensión que tiene como finalidad compensar la pérdida de ingresos que sufre un trabajador a causa de una lesión o enfermedad, que reduce o anula su capacidad laboral.
Requisitos clínicos para obtener una incapacidad permanente
Respecto a este asunto, los profesionales de ‘Fidelitis’ señalan que «uno de los pilares fundamentales para acceder a una pensión por incapacidad permanente es la existencia de una situación clínica que impida al trabajador seguir ejerciendo su profesión habitual o cualquier otra, dependiendo del grado».
Así, estos son algunos de los aspectos clínicos que deben acreditarse para conseguir el reconocimiento de una incapacidad permanente:
- Debe acreditarse una enfermedad con secuelas permanentes para el trabajador. Es decir, debe limitar la capacidad laboral y tendrán que estar lo suficientemente documentadas en los informes médicos.
- La patología debe ser crónica o irreversible. En este caso, el Tribunal Médico tiene que constatar que la situación del trabajador no puede mejorar sustancialmente con nuevos tratamientos.
- Limitaciones funcionales. En este punto, el INSS no solamente analiza el diagnóstico, sino también el impacto real de la enfermedad sobre la capacidad laboral del trabajador.
Respecto a este último elemento, los informes médicos deben recoger de manera detallada las funciones que no puede desempeñar el trabajador. También deben indicarse las limitaciones físicas, mentales o cognitivas.
Aunque el diagnóstico sea grave, los responsables del Tribunal Médico pueden denegar la incapacidad permanente si no se justifican de manera correcta todos estos elementos. Por tanto, los requisitos clínicos juegan un papel imprescindible.
Otros aspectos que deben acreditarse clínicamente
Hay que tener en consideración que la valoración médica para conceder una incapacidad permanente es multidisciplinar. Es decir, se sustenta en un conjunto de documentos básicos, como los que exponemos a continuación:
- Informes médicos de atención primaria.
- Informes de especialistas del sistema público de salud.
- Resultados de pruebas diagnósticas.
- Reconocimiento médico por parte de la mutua o del Tribunal del INSS.
- Informes de salud mental o neuropsicológicos.
Desde ‘Fidelitis’ advierten a los ciudadanos que «es importante presentar informes claros, actualizados y bien estructurados, que no se limiten a describir la enfermedad, sino que expliquen las consecuencias laborales y funcionales».
En definitiva, para conseguir una incapacidad permanente es fundamental presentar una documentación médica sólida. Dicha documentación debe demostrar que el estado de salud del trabajador es crónico y sin posibilidad de mejoría sustancial.
También es imprescindible acreditar que el trabajador muestra secuelas que provocan limitaciones permanentes, las cuales le impiden desarrollar su trabajo con normalidad. Además, se debe demostrar que el trabajador ha llevado a cabo todos los tratamientos médicos posibles sin obtener una mejoría.
Cada caso de incapacidad permanente debe analizarse de manera particular en España. Sin embargo, con carácter general, es necesario cumplir con todas las condiciones descritas anteriormente para obtener una pensión de incapacidad permanente.
Además, dependiendo del grado de incapacidad solicitado, es probable que el trabajador tenga que acreditar otros requisitos adicionales que se recogen en la normativa del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS).