La jubilación siempre es un paso importante en la vida de los trabajadores. Es el momento de apartarse de la actividad laboral para comenzar a generar ingresos destinados únicamente al ahorro y al disfrute de la vida, sin la tensión del trabajo. Para llegar a esta situación se deben cumplir una serie de condiciones pautadas por la Administración, especialmente en lo que se refiere a los años de cotización en régimen de Seguridad Social. De esta forma, cuantos más años tenga una persona cotizadas, mayor será su prestación por jubilación.
Sin embargo, existen colectivos que por diversos motivos no han podido desarrollar una vida laboral completa y no ostentan una cuantía suficiente para optar a una pensión. En estos casos, el Estado ofrece un paquete de ayudas a estos colectivos para evitar situaciones de vulnerabilidad y paliar la falta de ingresos para equilibrar su nivel adquisitivo a través de pensiones no contributivas. Se trata, por tanto, de prestaciones económicas que se reconocen a los ciudadanos que carecen de recursos suficientes para su subsistencia, incluso cuando no hayan cotizado nunca a la Seguridad o no hayan cotizado el tiempo suficiente para poder solicitar las prestaciones contributivas, ya sea por jubilación o invalidez.
De este modo, de acuerdo con el Gobierno de España, a través de un Consejo de Ministros Extraordinario, el Ingreso Mínimo Vital (IMV) y las pensiones no contributivas subirán un 9% en 2025. Así lo ha notificado el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. Hasta 2027 este tipo de pensión seguirán su propio camino, sin depender del Índice de Precios de Consumo (IPC) como sí hacen las pensiones contributivas a la hora de calcular su subida. En este caso, el alza alcanza el 2,8%, subiendo de media 600 euros al año. La Seguridad Social señala que en el caso de las pensiones mínimas habrá algunas que suban más, como las pensiones con cónyuge a cargo y de viudedad con cargas familiares, que aumentarán un 9,1%.
Pensión no contributiva de jubilación
Las pensiones no contributivas son las que reciben las personas que no han cotizado el mínimo de 15 años jubilarse y cobrar la pensión contributiva. Como el resto de pensiones, estas prestaciones por jubilación se revaloriza todos los años; es decir, aumenta su cuantía para que los jubilados no pierdan poder adquisitivo. El objetivo es que la cuantía de estas pensiones, que están reguladas por el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO), se equipare al 75% del umbral de pobreza para una sola persona en 2027. Este umbral de pobreza se calcula como el 60% de la mediana de los ingresos anuales por unidad de consumo, lo que equivale a 8.236 euros anuales según las estimaciones del Gobierno.
Este aumento de las pensiones no contributivas por encima de las pensiones mínima se debe a su carácter asistencial. Está pensada para quienes no tiene derecho a una pensión contributiva y sus ingresos no superan los 6.784,54 euros anuales de forma individual, aunque la cifra aumenta según el número de personas con las que se conviva.
Por tanto, todas las pensiones aumentarán un 2,8%, lo que supone un incremento de entorno a 600 euros al año para la pensión media de jubilación y de 500 euros para la pensión media del sistema, que incluye otras como las de invalidez o viudedad. El aumento afectará también a la pensión mínima del sistema.