La pensión de incapacidad permanente tiene como objetivo paliar la pérdida de ingresos que sufre un trabajador a causa de una lesión o enfermedad, que reduce o anula su capacidad laboral. Así, la solicitud de incapacidad permanente puede partir desde diferentes puntos.
Por norma general, la solicitud de incapacidad permanente la realiza el trabajador afectado. Así, debe demostrar que sus secuelas y limitaciones son suficientes para obtener un determinado grado de incapacidad laboral permanente. Dichas secuelas y limitaciones pueden derivar de accidente de trabajo, enfermedad profesional, accidente no laboral o enfermedad común.
Solicitud de incapacidad permanente
Más allá del afectado, la solicitud de incapacidad permanente puede venir a instancias de la mutua de trabajo correspondiente o desde el propio Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS).
Es decir, el Instituto Nacional de la Seguridad Social puede iniciar un expediente de incapacidad permanente hacia un determinado trabajador. Sin embargo, esto no significa que se vaya a conceder obligatoriamente la pensión de incapacidad, sino que la Administración analizará si el trabajador cumple con las circunstancias para ser beneficiario de una pensión de este tipo.
En muchas ocasiones, una incapacidad permanente deriva de una situación previa de baja laboral por incapacidad temporal. Así, al cumplir 18 meses de baja laboral, el INSS está obligado a abrir un expediente de incapacidad permanente al trabajador.
Seguidamente, la Seguridad Social analiza la situación del paciente y si sus limitaciones y secuelas son suficientes para el reconocimiento de una pensión de incapacidad permanente.
A pesar de todo ello, lo más habitual es que la solicitud parta desde el paciente afectado. Sin embargo, el INSS suele denegar por sistema la mayoría de pensiones de incapacidad permanente, lo que provoca que las solicitudes de este tipo de pensión sean complejas y se puedan alargar en el tiempo.
Pasos para solicitar una incapacidad permanente
Para solicitar una incapacidad permanente, es necesario seguir una serie de pasos claves. Así lo exponen los profesionales de ‘CampmanyAbogados’, especialistas en incapacidad laboral.
En primer lugar, es conveniente reunir toda la documentación necesaria. Los documentos obligatorios y generales que se deben presentar son el DNI del solicitante y del representante legal, en caso de que lo hubiera.
También es fundamental presentar el historial clínico del solicitante. Cuantas más pruebas médicas se presenten, mayores serán las opciones de conseguir el reconocimiento de una incapacidad permanente. Al fin y al cabo, la finalidad es convencer a los representantes del INSS de que existen limitaciones para el desarrollo de la actividad laboral.
Desde ‘CampmanyAbogados’ advierten que «los autónomos están obligados a presentar el justificante de pago de las cotizaciones durante el periodo en el que se ha producido la incapacidad».
En caso de enfermedad profesional o accidente de trabajo, es preciso presentar el parte administrativo de accidente o enfermedad. También debe incluirse el certificado correspondiente de la empresa en el que se recojan los salarios reales recibidos por el trabajador durante el año anterior.
Por otro lado, es fundamental completar el formulario de solicitud de incapacidad permanente, al que se puede acceder a través de la Sede Electrónica de la Seguridad Social. Dicha solicitud se puede presentar en cualquiera de los centros de información del INSS o por vía online.
Dependiendo del grado de incapacidad permanente solicitado (parcial, total, absoluta o Gran Invalidez), la Seguridad Social exigirá determinados requisitos. Solamente es necesario cumplir algunos requisitos de cotización cuando la incapacidad deriva de una enfermedad común.