Al hablar de discapacidad mental nos referimos a alteraciones en la función cognitiva que son significativamente inferiores al promedio, lo que dificulta la comprensión y la respuesta ante diversas situaciones cotidianas. Se estima que alrededor del 1% de la población en España padece algún tipo de discapacidad mental.
Las causas de la discapacidad mental son variadas y pueden tener diferentes orígenes. Pueden ser prenatales, ya sea debido a factores genéticos o a condiciones adquiridas por la madre durante el embarazo, como una infección. También pueden originarse por complicaciones durante el parto o ser adquiridas después del nacimiento, debido a infecciones, traumatismos, desnutrición, exposición a tóxicos, entre otros factores.
Qué es la discapacidad mental
La discapacidad mental se refiere a una condición en la que hay limitaciones significativas en el funcionamiento intelectual general. Esto incluye habilidades tales como el razonamiento, la planificación, la resolución de problemas, la comprensión abstracta, el aprendizaje académico, y el aprendizaje de la vida diaria.
Estas limitaciones se manifiestan antes de los 18 años y suelen ir acompañadas de dificultades en la adaptación social y en la realización de actividades cotidianas.
Las personas con discapacidad mental pueden necesitar apoyo en diversas áreas de la vida, dependiendo del grado de afectación. Las causas de la discapacidad mental pueden ser variadas, incluyendo factores genéticos, problemas durante el embarazo o el parto, enfermedades infecciosas, lesiones cerebrales traumáticas, exposición a sustancias tóxicas, entre otros.
Es importante destacar que la discapacidad mental no es lo mismo que la discapacidad intelectual. La primera es un término más general que abarca una amplia gama de condiciones que afectan las funciones mentales, mientras que la segunda se refiere específicamente a un funcionamiento intelectual significativamente inferior al promedio.
Tipos de discapacidad mental
Existen varios tipos de discapacidad mental, cada uno con características específicas y causas variadas. Aquí algunos de los tipos más comunes:
1. Discapacidad intelectual: También conocida como retraso mental, se caracteriza por un funcionamiento intelectual significativamente inferior al promedio, acompañado de limitaciones en habilidades adaptativas como la comunicación, la autoayuda y la interacción social.
2. Trastornos del desarrollo: Incluyen condiciones como el trastorno del espectro autista (TEA), el síndrome de Asperger, el trastorno desintegrativo infantil y otros trastornos generalizados del desarrollo. Estos afectan la capacidad de comunicación, la interacción social y a menudo se asocian con patrones repetitivos de comportamiento.
3. Trastornos del aprendizaje: Como la dislexia, que afecta la lectura, la escritura y a veces la habilidad para hacer cálculos matemáticos, y la discalculia, que afecta la capacidad de entender y trabajar con números.
4. Trastornos del comportamiento: Incluyen el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), que afecta la capacidad de concentración y el control de impulsos, y el trastorno oposicionista desafiante (TOD), caracterizado por un patrón persistente de comportamiento desafiante, irritabilidad y desobediencia.
5. Trastornos psicóticos: Como la esquizofrenia, que afecta la percepción de la realidad, el pensamiento y la interacción social.
Cada tipo de discapacidad mental puede manifestarse de manera diferente en cada individuo y puede requerir enfoques de intervención y apoyo específicos para mejorar la calidad de vida y la integración social de las personas afectadas.
¿Qué trastornos mentales se consideran como discapacidad?
En términos de discapacidad, se consideran trastornos mentales aquellos que causan una limitación significativa en el funcionamiento diario de una persona, afectando su capacidad para realizar actividades básicas y participar plenamente en la vida social, educativa y laboral. Algunos trastornos mentales comúnmente reconocidos como discapacitantes incluyen:
1. Trastorno del espectro autista (TEA): Puede causar dificultades significativas en la comunicación, la interacción social y el comportamiento.
2. Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH): Interfiere con la capacidad de concentración, el control de impulsos y la organización.
3. Esquizofrenia: Provoca alteraciones graves en el pensamiento, las emociones y la percepción de la realidad.
4. Trastorno bipolar: Caracterizado por cambios extremos de humor, que afectan la capacidad para funcionar en el día a día.
5. Depresión mayor: Puede generar una pérdida de interés en actividades cotidianas, sentimientos de tristeza y falta de energía que dificultan el desempeño normal.
6. Trastornos de ansiedad: Como el trastorno de ansiedad generalizada, las fobias y el trastorno de pánico, que pueden interferir significativamente en las actividades diarias y las relaciones interpersonales.
7. Trastornos del aprendizaje: Tales como la dislexia y la discalculia, que afectan la capacidad de aprender y utilizar habilidades académicas básicas.
Estos trastornos pueden variar en gravedad y en cómo afectan a cada individuo, y pueden requerir diferentes tipos de apoyo y tratamiento para manejar y mitigar sus efectos sobre la funcionalidad diaria.
La consideración de un trastorno mental como discapacitante depende de cómo afecte la capacidad general de una persona para vivir de manera independiente y participar plenamente en la sociedad.