La Confederación Estatal de Personas Sordas (CNSE) ha hecho público un manifiesto coincidiendo con la celebración de su Semana internacional. Todo ello para reclamar la toma en consideración de las personas con discapacidad auditiva ante el aumento de las desigualdades por la situación sanitaria.
«Las personas sordas también importan de cara a la reconstrucción social y económica del país», recoge el manifiesto. Además, se pone de manifiesto que «la pandemia ha puesto de relieve la falta de accesibilidad de los diferentes bienes y servicios». También «la ausencia de recursos adaptados para la atención de este colectivo en ámbitos como el sanitario».
En este sentido, la CNSE insta a promocionar entornos plenamente accesibles e inclusivos. En todos ellos debe de estar presente la lengua de signos, ya que tras la declaración del estado de alarma se han generalizado «los servicios de atención telefónica que imposibilitan el acceso a la información, la gestión de ayudas y prestaciones, la asistencia psicológica, e incluso la satisfacción de necesidades básicas como la compra de comida o medicamentos en el caso de personas mayores o dependientes».
Asimismo, el acceso a la educación equitativa, inclusiva y de calidad para el alumnado sordo es otra de las reivindicaciones de la Confederación dada la situación de desventaja que amenaza a estos escolares cada inicio de curso. Para ellos, solicita una dotación de recursos suficiente que haga realidad la igualdad de oportunidades que contempla la ley.
Mascarillas transparentes
En cuanto a las mascarillas transparentes, urge al Ministerio de Sanidad a que homologue y regule estos productos sanitarios. Además, prioriza su uso en puestos de atención pública tales como los SEPE, los hospitales, o los centros educativos.
Por último, la entidad exige el mantenimiento de las ayudas a las entidades del movimiento asociativo. Todo ello para que puedan seguir atendiendo las necesidades de las personas sordas. Ante las dificultades de los últimos meses, han sido precisamente ellas las que han tomado las riendas para evitar que ninguna persona sorda se quede atrás.