Con la llegada del verano, empieza para muchos ciudadanos la tan deseada temporada de vacaciones y la accesibilidad de las playas son un punto a tener en cuenta. Julio y agosto son los meses preferidos por los españoles para sus vacaciones de verano, con un 30 y 40%, respectivamente. El calor y la calidad de las playas hace que el 51,5% de ellos escojan el turismo de sol y playa, según datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).
Pero no todas las playas son aptas para los más de 3,5 millones de españoles con algún tipo de discapacidad. Andalucía, seguida por la Comunidad Valenciana y Cataluña, es la comunidad autónoma que cuenta con el mayor número de playas accesibles, repartidas por toda su geografía, como la playa de La Malagueta (Málaga), La Barrosa (Chiclana de la Frontera) o La Antilla (Lepe), entre otras.
¿Qué características debe tener una playa para ser accesible?
Los expertos de Stannah España, fabricante líder mundial de soluciones de movilidad, destacan la importancia de garantizar un acceso seguro, por lo que las playas no solo deben contar con escaleras de acceso, sino que deben ofrecer alternativas como ascensores, escaleras mecánicas, rampas o plataformas salvaescaleras.
Además, replica que si el acceso es llano, la instalación de pasarelas ayuda a asegurar un suelo uniforme y firme, facilitando la llegada de las personas hasta la orilla del mar. A esto se suma la importancia de ofrecer el baño asistido gracias a soluciones como sillas anfibias, muletas y chalecos salvavidas.
Las piscinas accesibles, una alternativa a alas playas en verano
Pero las playas no son la única opción para refrescarse en verano ante las elevadas temperaturas. Como opción complementaria o alternativa están las piscinas, cuya accesibilidad pasa por acabar con los desniveles que puedan existir en los accesos o apostar por sillas salvaescaleras de exterior, que resisten las inclemencias del tiempo.
Igualmente, es recomendable optar por suelos antideslizantes y uniformes, un factor que cobra mayor importancia en la zona de la piscina. También es importante que cuenten con una alternativa accesible para la entrada al agua. Así, se pueden instalar rampas con pasamanos y elevadores específicos para este entorno.
«El derecho a la accesibilidad y a la plena participación en la vida social y cultural es una de las premisas establecidas por la ONU, lo que lleva a que instituciones públicas, empresas e individuos debamos colaborar para hacer un turismo más accesible, para todos, eliminando todas aquellas barreras arquitectónicas que impidan a las personas hacer uso y disfrute de las instalaciones», concluye Alberto Badás, marketing manager de Stannah España.