Una investigación de la Universidad Queen Mary de Londres estima que la obesidad infantil representará hasta el 14 por ciento del riesgo total de esclerosis múltiple (EM) en 2035, según el International Journal of Epidemiology.
Estudios anteriores han estimado que el 53 por ciento del riesgo de EM está directamente relacionado con factores ambientales y que hasta uno de cada cinco casos se debe al tabaquismo. De hecho, el tabaquismo y un índice de masa corporal (IMC) elevado son los principales impulsores de muchas enfermedades no transmisibles en todo el mundo, que provocan una importante morbilidad y mortalidad prematuras.
La obesidad también es un problema añadido por su implicación en la mortalidad por coronavirus.
El tabaquismo y el Indice de masa corporal
El estudio, financiado en parte por Barts Charity y en el que participaron investigadores de la Universidad Queen Mary de Londres, Barts Health NHS Trust y la Universidad de Oxford, utilizó literatura publicada del Reino Unido, Estados Unidos, Rusia y Australia para ayudar estimar y proyectar la proporción de incidencia de EM que se puede atribuir a dos factores de riesgo modificables: tabaquismo y un IMC elevado en la infancia y la adolescencia.
El estudio encontró que en 2015 aproximadamente el 10 por ciento del riesgo de EM de la población se debe al tabaquismo, pero eso disminuirá debido a la disminución de las tasas de tabaquismo.
La contribución de la obesidad en edades tempranas a la incidencia de la Esclerosis Múltiple está aumentando, debido a que cada vez más la población en los países analizados es más obesa, aunque esto varía entre países.
EE.UU lidera la tasa más alta de obesidad
En 2015, un IMC alto en los primeros años de vida se asoció con un riesgo más alto que fumar en los EE. UU. Y Australia y su equivalente en el Reino Unido. El riesgo de tener un IMC alto es más alto en los EE. UU. (11%) y se estima que será del 14% para 2035. En el Reino Unido, un IMC infantil elevado representará el 10% del riesgo de EM en la población de EE. UU. En 2035.
Si se confirma que estas observaciones son causales, los autores dicen que es probable que la reducción de la prevalencia de estos factores de riesgo modificables del estilo de vida tenga un impacto importante en la incidencia de la EM, así como en otras enfermedades no transmisibles.
La autora correspondiente, la doctora Ruth Dobson, de la Universidad Queen Mary de Londres, asegura que estos hallazgos «destacan el potencial para reducir la incidencia de la EM en todo el mundo con estrategias de salud pública específicas. No sólo el cáncer y las enfermedades cardíacas se ven influenciados por el tabaquismo y la obesidad, sino que el cambio de enfoque hacia las enfermedades de aparición temprana en la edad adulta, como la EM, puede tener más repercusión entre las personas más jóvenes, cuyas elecciones de estilo de vida repercutirán en su riesgo de padecer enfermedades en el futuro».