La historia de Jacobo Barchín podría aparecer en cualquier plataforma digital. Él es un Guardia Civil al que le cambio la vida el 2 de diciembre de 2020. Amante del deporte y de la bicicleta, sufrió un accidente que le provocó una lesión medular incompleta en la vértebra dorsal 12. Desde entonces está en silla de ruedas.
Hace menos de un año, Jacobo contrajo matrimonio con Raquel, su mujer, quien comenta en un artículo de El Independiente que lo de su marido con la Guardia Civil es «totalmente vocacional». Su camino hasta conseguir la plaza fue larga, pasando por el Ejército de Tierra hasta 2015, cuando aprobó la oposición. Hizo las prácticas en su pueblo, San Clemente (Cuenca), para posteriormente pasar tres años en Albocácer. Su destino fue El Campello, donde actualmente tiene la plaza y lucha para no perder su relación con la Benemérita.
Un accidente que le cambió la vida a Jacobo
El accidente que tuvo Jacobo le cambio la vida por completo en un segundo. «La vida con la que siempre soñó…». De un día para otro todo cambio y Jacobo se tuvo que enfrentar a una nueva vida en silla de ruedas. No había pasado un año desde que llegó a su destino, empezó a vivir con la que ahora es su mujer y tuvo el accidente.
El accidente fue muy grave, de hecho tuvo que actuar un helicóptero de emergencias para rescatarle, como recoge El Independiente. Durante una de sus salidas en bicicleta, se encontró en su camino con una arqueta totalmente abierta, sin señalizar y sin alcantarillar. Desde ese fatídico 2 de diciembre de 2020, Jacobo tiene una discapacidad física del 70%, pero sólo de cintura para abajo aunque puede ponerse de pie y caminar distancias cortas.
«La Guardia Civil lo quiere mandar a retiro»
Raquel, su novia, ha publicado un escrito en Facebook, donde explica un poco lo ocurrido con Jacobo. Explica que la Guardia Civil «quiere mandarlo a retiro, le impide ejercer su derecho a trabajar, no quieren adaptarle su puesto de trabajo por el hecho de estar sentado en una silla de ruedas. Quieren mandarlo a retiro por, literalmente, «inutilidad para el servicio», algo completamente incierto, pues Jacobo es completamente útil».
En este sentido, denuncia que a Jacobo se le discrimina por su discapacidad y no se le da la oportunidad de ejercer su derecho a decidir, su derecho al trabajo. «De pie o sentado sigue siendo la misma persona, puede aportar muchísimo a esta sociedad y por supuesto que también puede aportar muchísimo dentro del cuerpo, la única adaptación que necesita es estar en oficina, pues el lugar donde se encuentra destinado está adaptado, ya que cuenta con rampa de entrada y además tienen un baño adaptado enorme, o en su defecto teletrabajar», señala Raquel.
Finalmente, explica que la lucha porque Jacobo vuelva a su puesto de trabajo cuenta con el apoyo de AUGC Asociación Unificada de Guardias Civiles. «Llevamos 2 años peleando para que le adapten el puesto de trabajo, no es justo que haya pelear algo que es suyo».
Jacobo por su parte, ha informado de que solamente pide una «oportunidad de poder seguir demostrando que puedo aportar muchísimo a esta sociedad y a esta Institución yendo en una silla de ruedas!!! Soy capaz de hacer muchas cosas aunque haya personas que aún no lo crean!! Por mí y por los que vendrán!!!».