Un notario es un profesional del derecho cuya principal función es ofrecer garantía legal en el proceso que se le demande. Además, hay un dato que muchos no saben y es que los notarios son funcionarios públicos del Estado. Esto significa que necesitan superar una oposición para ocupar su puesto. Y es que el camino para llegar a ejercer esta profesión, está acorde a la responsabilidad del puesto que luego van a ocupar. Es por ello, que se les exige demostrar estar suficientemente preparados.
Desde el Consejo General del Notariado, indican que el notario, además de proporcionar seguridad jurídica, «es un profesional del Derecho que ejerce en régimen de competencia», una doble función que garantiza su independencia. Y es que los notarios compiten entre ellos en cuanto a calidad se refiere, pues cada ciudadano es libre de acudir al notario que le de más confianza y este a su vez, debe ser imparcial en su asesoramiento y función con el cliente.
Esto es lo que debes hacer para ser notario
El de notario es un empleo que requiere de mucho esfuerzo para conseguir un puesto. El motivo es evidente: Se trata de una figura que asume mucha responsabilidad, debe ser imparcial en los casos que se le presente y debe conocer el derecho para poder ajustarse siempre a la legalidad. Por todo ello, el camino a seguir es de mucho estudio, esfuerzo, pero también de constancia y aprendizaje en cuanto a organización y responsabilidad se refiere.
En realidad, un notario nunca dejará de estudiar debido a la actualización constante que sufre la legislación vigente. No obstante, sí hay un proceso que debe cumplirse hasta llegar a ser profesional en este ámbito. Desde el Consejo General del Notariado establecen que la persona que quiere ser notario, debe cumplir con los siguientes requisitos:
- Ser español u ostentar la nacionalidad de cualquier país miembro de la Unión Europea.
- Ser Doctor en Derecho, Licenciado en Derecho o título equivalente en Derecho o haber concluido los estudios relativos a los mismos (en cada oposición se reserva un cupo de plazas para personas con discapacidad).
- Según el Reglamento Notarial vigente «los ejercicios de la oposición son cuatro y todos eliminatorios: los dos primeros, orales, y el tercero y el cuarto, escritos. Tanto los dos primeros como la lectura del tercero y de la primera parte del cuarto son públicos”.
Cabe señalar, que esta oposición libre para obtener el título de notario, es convocada de forma periódica por el Ministerio de Justicia, mediante resolución de la Dirección General de Seguridad Jurídica y Fe Pública. Una convocatoria que se hace efectiva tras su publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
Funciones de este profesional de derecho
¿Quién es realmente el notario? ¿Qué podemos encontrar cuando acudimos a un profesional de este tipo? Desde la web oficial del Consejo General del Notariado, han enumerado siete premisas con las que describir lo que nos puede aportar este profesional del derecho. Estas son:
- Garantía de seguridad y legalidad: su objetivo es que el contrato, negocio o declaración esté ajustado a la legalidad y sea inatacable. La escritura pública es fehaciente ante los tribunales de Justicia: nadie pone en duda su veracidad.
- Tranquilidad: firmar cualquier documento ante notario aporta la tranquilidad de que el negocio o contrato es definitivo, inamovible y eficaz.
- Cercanía: por su distribución territorial siempre tendrás un notario cerca que podrás elegir con total libertad.
- Un profesional altamente cualificado: el acceso al Notariado exige estudios intensos y profundos, que se comprueban con un mecanismo de selección duro y objetivo. Los notarios actualizan de forma constante sus conocimientos profesionales en los ámbitos nacional e internacional.
- Independencia: Estos profesionales solo están condicionados por la Ley.
- Modernidad: Deben tratar de adelantarse y prevenir los nuevos requerimientos sociales y tecnológicos y adaptan sus funciones de forma permanente a cualquier innovación.
- Eficiencia: El coste de la intervención notarial es muy inferior a los costes sociales y económicos que evita. Sólo una pequeña parte de lo que se paga en la notaría pertenece a la factura del notario. La mayor parte es una provisión para hacer frente a impuestos, honorarios de registradores y otros gastos generados que el notario abona en nombre del cliente.