La Organización Mundial de la Salud (OMS) señalan que los trastornos musculoesqueléticos son la primera causa de discapacidad en el mundo. Dichos trastornos se asocian con frecuencia a hábitos poco saludables y a problemas relacionados con el comportamiento postural.
Un estudio realizado por Sanitas señala que en España, los trastornos musculoesqueléticos afectan a 7 de cada 10 personas.
«El dolor de espalda, de cuello, de hombros, de extremidades superiores, de rodilla y el dolor crónico persistente son los más frecuentes». Así lo ha explicado Felipe Berrocal director del nuevo Centro de Rehabilitación Avanzada que Sanitas.
Además, ha señalado que:
- 4 de cada diez adultos en España sufren dolor de espalda de manera habitual;
- 2 de cada 10 tienen dolor de cuello y hombros;
- 1 de cada diez refieren sentir dolor de extremidades superiores, rodilla o algún tipo de dolor crónico persistente.
En suma, prácticamente 7 de cada 10 personas en España refieren un dolor músculoesquelético que limita de algún modo su actividad diaria.
«Es cierto que hay distintas intensidades de dolor, pero un problema que empezó como una leve molestia puede convertirse en algo más grave si no se trata a tiempo», ha añadido el experto, que ha enumerado algunos de los mitos que existen sobre el dolor.
Mitos que existen sobre el dolor
El propio Felipe Berrocal ha enumerado los principales mitos que rodean al dolor cuando hablamos de los trastornos musculoesqueléticos.
El dolor es normal y hay que convivir con él
«En absoluto. Mucha gente cree que debe habituarse a convivir con un dolor por la edad o por una lesión que tuvo, pero no es cierto», señala.
«El dolor de espalda, de cuello, la tendinitis o la artrosis se pueden tratar de muchos modos: fisioterapia, rehabilitación, con férulas u ortesis, con tratamientos farmacológicos, con reeducación postural, manejando mejor el estrés, cambiando los hábitos… Siempre hay solución”
Es normal que me duela porque tengo 70 años
“Es cierto que el envejecimiento provoca desgaste en el sistema musculoesquelético y aparecen algunas situaciones como la artrosis, pero hay modos de abordar este dolor y aliviar las molestias», apunta Felipe Berrocal.
«Vivir con dolor no es sano: nos limita y puede conducir hasta a situaciones de aislamiento porque evitamos salir de casa por el dolor», asegura sobre los trastornos musculoesqueléticos.
A los niños, cuando crecen, les duelen las articulaciones
«Pues tampoco hay evidencia científica. La realidad es que hemos interiorizado el dolor como algo normal en la vida y en muchas ocasiones no es normal. Si a un niño o adolescente le duele la espalda, los brazos o piernas, el cuello, durante un tiempo prolongado, hay que estudiarlo y ponerle solución».
El reposo es la solución para todos los dolores
«Esto es un mito sorprendente. Es cierto que muchas veces recomendamos reposo durante el tratamiento de alguna dolencia, pero como una parte del proceso, que también incluye terapia fisioterápica, activación del cuadro muscular afectado, un cambio en los hábitos… El hecho de reposar puede aliviar de manera temporal un dolor, pero es preciso que ataquemos la causa y le pongamos una solución».
A mi me duele sólo cuando va a cambiar el tiempo
«Sí, es un clásico. Pero tampoco hay evidencia científica que sugiera que nuestras articulaciones se convierten en barómetros sensibles a los cambios de presión atmosférica. Si te duele cuando va a cambiar el tiempo, es buena idea que acudas a un profesional especializado para te ayude».
Cualquier masajista me vale, lo mío no es serio
«No. El sistema músculoesquelético es muy complejo y exige un abordaje integral. El síndrome del cuñado es demasiado peligroso: no todo el mundo está capacitado para manipular un grupo de músculos», recuerda Felipe Berrocal.
«Esto sólo debería hacerlo un fisioterapeuta especializado y formado que sea capaces de ofrecer una atención completa. Si tu cuñado te dice que te puede arreglar lo del cuello con una técnica que ha visto en YouTube… muy mala señal. La incorrecta manipulación de tu cuello puede provocarte una lesión grave o un agravamiento de la dolencia que tenías».
La natación es la solución a cualquier dolor de espalda
«Pues tampoco. La natación es un deporte completísimo que recomendamos muchas veces, pero antes de nada es fundamental analizar el caso de cada persona para saber cuál es la causa de su dolor y poder actuar sobre esa causa. En la gestión del dolor no hay atajos ni soluciones milagrosas».
Gastarse dinero en zapatillas para hacer deporte es una tontería
«La pisada es un elemento clave que nos protege del dolor de espalda. El modo en el que pisamos o corremos afecta directamente a nuestra salud musculoesquelética», afirma el experto.
«Nosotros no recomendamos gastarse fortunas en zapatillas, por supuesto, pero tampoco ser descuidados en este aspecto. Hemos tratado cientos de personas con dolor de espalda a los que, tras un estudio de la pisada, les hemos recomendado plantillas personalizadas y han dicho adiós a ese dolor de espalda que les acompañaba desde hace años».
Me duele porque no estoy en forma, cuando esté en forma dejará de dolerme
«Tampoco. Mantenerse activo nos protege de determinados problemas y dolores, pero el proceso de ponerse en forma tampoco significa que nos deba doler».
De hecho, asegura que «al contrario, si nos duele, probablemente dejaremos de hacer ejercicio y no conseguiremos ni ponernos en forma ni eliminar el dolor».
Debería ir al fisio, pero me da mucho reparo estar en una sala con 4 personas más en camillas.
«Normal. Yo tampoco iría a un centro en que tuviera que compartir la sala con otros pacientes. El tratamiento rehabilitador requiere intimidad y espacio. No es un proceso industrial tipo cadena de montaje. Hay que dedicar tiempo a cada paciente, entender bien su problema y aplicar una solución personalizada».
Hago mucho deporte, estoy acostumbrado al dolor
«Pues no deberías. Hacer deporte y mantenerse activo no significa que debamos tener dolor», matiza el profesional.
«De hecho, ese dolor puede esconder un riesgo de lesión que podemos prevenir y mitigar si modificamos nuestros hábitos, nuestra pisada, nuestra alimentación… «, puntualiza.
Pero para ello, «hay que buscar profesionales especializados en readaptación deportiva que sean capaces de entender y trabajar sobre el problema concreto de cada persona».
«Si no, sólo conseguiremos empeorar la situación. Nosotros trabajamos con los equipos del Comité Olímpico y Paralímpico Español y aplicamos las mismas técnicas con ellos que con el resto de pacientes», asegura Felipe Berrocal.