Cuando hablamos de una vivienda accesible, directamente pensamos en dos colectivos: las personas con discapacidad y las personas mayores. Ambas son las que se más se benefician de estas medidas a factor de la accesibilidad.
Y es que, a medida que nos hacemos mayores surgen nuevas necesidades, y muchas de ellas tienen que ver con la accesibilidad, entrando en juego la idea de adaptar una vivienda. Es normal que nuestra movilidad se vea reducida poco a poco, que nuestra vista comience a mermar o que nos volvamos un poco más torpes a la hora de manejarnos con objetos cotidianos.
Así que ya sabes, si estás pensando en cómo adaptar una vivienda para un persona mayor o una persona con discapacidad, toma nota de estos consejos y pautas que los expertos del Idealista ofrecen para que no se te escape ningún detalle importante.
6 elementos claves para tener una vivienda adaptada
Las viviendas adaptadas para personas mayores deben cumplir con ciertos requisitos generales. A continuación vamos a ofrecer los seis consejos que ofrecen desde el Idealista como guía a la hora de tomar decisiones con respecto a cualquier estancia en una vivienda adaptada.
El primero de ellos pasa por eliminar cualquier mueble prescindible. Es decir, la casa ideal para personas mayores o con discapacidad contará únicamente con el mobiliario básico para facilitar las actividades a sus residentes. Esto incluye la presencia de muebles de escasa utilidad, especialmente cuando se encuentren en zonas de paso.
También recomiendan usar protectores de esquinas para redondear las superficies. Y es que, de esta forma, se reducirá el impacto y las consecuencias de posibles golpes contra ellas.
Se debe de eliminar alfombras, objetos que puedan caerse y obstáculos. Al igual que con los muebles, los expertos señalan que es conveniente eliminar las alfombras, ya que es muy frecuente que se produzcan tropiezos. Si la vivienda es fría, la moqueta puede ser una buena opción, aunque puede resultar incompatible con el uso de sillas de ruedas. Lo mismo se aplica a la colocación de objetos decorativos que no son necesarios en lugares de fácil acceso. En general, la máxima debe ser mantener un espacio despejado y claro.
Tener el teléfono siempre a mano. Esta es una opción es contar con un modelo inalámbrico, o bien acostumbrar a los habitantes del inmueble a llevar su teléfono móvil encima para poder llamar rápidamente en caso de emergencia. También existen sistemas de alarma que se integran en el propio cuerpo, a través de pulseras o similares. Además, la correcta visibilidad de los números y de los caracteres del terminal es muy importante, así como su volumen.
Además, se debe de tener cuidado con la altura de los asientos. Tanto sillas, como sofás y colchones deben encontrarse a una altura adecuada para que levantarse, sentarse y tumbarse sean acciones sencillas que no requieran un gran esfuerzo.
También se debe de asegurar de que los objetos necesarios se encuentren a mano y a la altura necesaria. Los expertos aseguran que no tiene ningún sentido que los objetos de uso cotidiano se encuentren ubicados en lugares de difícil acceso, bien porque tengamos que agacharnos para cogerlos, bien porque, en general, tengamos que realizar movimientos poco naturales para acceder a ellos.
Por último, debemos de tener en cuenta que uno de los grandes errores que cometemos a la hora de adaptar una vivienda es esperar a que se produzca el primer accidente para tomar medidas. Es mucho mejor adelantarse e ir adaptando el inmueble poco a poco a las necesidades que vayan surgiendo que tener que lamentar daños por no haber actuado a tiempo.